Maradona es Nápoles y Nápoles es Maradona
La carrera de Diego Armando Maradona, para muchos el mejor jugador de futbol de la historia, está llena de momentos míticos y también de momentos oscuros. Pero sin duda los mejores años futbolísticamente hablando los vivió en Nápoles, donde llegó a un equipo que deambulaba por la parte baja de la tabla y lo llevó a la gloria.
La historia de Diego Maradona con el Nápoles fue una historia de romance, con sus alegrías y sus tristezas, con polémicas y escándalos. Se puede decir que fue un amor a primera vista. Desde su llegada el 5 de julio de 1984, día en el que tuvo una masiva presentación tras llegar desde el F.C Barcelona, Diego estaba destinado a convertirse en el mejor jugador del mundo. Pero realmente no sabía que iba a cambiar la historia no solo de un equipo, sino de una ciudad entera.
El “cebollita”, como fue apodado en su infancia Maradona, tenia 23 años cuando llegó a la ciudad napolitana, y allí se encontró una localidad humilde y trabajadora, que le recordó a sus orígenes en argentina, lo cual le hizo sentirse atraído desde el primer momento.
Los comienzos de Diego Maradona en el sur de Italia no fueron los mejores, después de un inicio de curso muy irregular, que mejoró notablemente en la segunda vuelta del campeonato la SSC Napoli terminó la primera temporada con Maradona en sus filas en el octavo lugar de la clasificación, pero lo mejor estaba por llegar.
En su segunda temporada ya consiguió terminar tercero en la liga italiana y ese mismo verano se consagró definitivamente como el mejor jugador del mundo ganando el mundial de México 86 con la selección argentina, y firmando dos de los momentos más icónicos de la historia del futbol, la famosa mano de dios, gol que marcó con la mano frente a Inglaterra, y el conocido como mejor gol de todos los tiempos, en el que regateó a media selección inglesa para acabar ganando el partido y tomarse un venganza deportiva tras el conflicto de las Malvinas entre ingleses y argentinos.
Maradona besando la copa del mundo.
Al regresar victorioso del Mundial en México, Maradona completó una excelente temporada con la camiseta del Nápoles y fue imprescindible para ganar el primer Scudetto en la historia de la institución partenopea, el argentino se convirtió en uno de los jugadores más importantes de su generación y el empresario Silvio Berlusconi quiso incorporarlo al AC Milan.
El firme rechazo de Diego Maradona al club del norte consagró su relación con la afición azzurri y renovó su contrato con el Nápoles hasta 1993. Las pugnas con la Juventus, Inter, Torino y Milan, que veían como un club humilde asomaba la cabeza entre los mas grandes, se intensificaron con cada visita del equipo sureño a San Siro o al histórico Los Alpes. Recibidos a gritos de “africani”, el Pelusa respondió en el campo para devolverle el orgullo perdido a un equipo que desde entonces ya no sería el mismo.
Junto a Careca y Giordano Diego formó ‘la fórmula MaGiCa’ y la S.S.C. Napoli alzó su primer y único trofeo europeo: la Copa de la UEFA 1988-89. Esa final europea (a doble partido) ganada ante el Stuttgart de Jurgen Klinsmann en el antiguo Neckarstadion supuso el culmen tras dos años a la sombra de sus máximos rivales italianos, pero Maradona aún no había dicho su última palabra. Denegado su pase al Olympique de Marseille al término de la campaña 1988-89, el jugador argentino regaló al Nápoles en la siguiente temporada su segundo scudetto.
Diego Maradona, con sus más y con sus menos, dejó su impronta en la gente de Nápoles y, en especial, en el Quarteri Spagnoli dónde se pudieron ver algunos de los homenajes mas enternecedores tras su fallecimiento. Donde un día hubo alegría hoy tan solo queda tristeza, el pueblo napolitano ha perdido a alguien especial y bajo el manto de una canción que se popularizó en San Paolo a su llegada recuerdan hoy la figura del Pelusa:
“Oh mama mama mama, Oh mama mama mama, Sai perché mi bate il Corazon, Ho visto a Maradona, Ho visto a Maradona, Oh mama inamorato sono…”
