Los 234 migrantes a bordo del barco humanitario "Ocean-Viking" pueden finalmente desembarcar en tierra firme.
Este viernes 11 de noviembre, el Ocean-Viking pudo atracar en Tolón, poniendo así fin a 3 semanas de calvario en el mar. De hecho, tras la negativa de Italia a acoger el barco humanitario, éste no tuvo más remedio que pedir el exilio a Francia. Los 234 migrantes, entre ellos 57 niños, fueron rescatados y atendidos. Esta situación es excepcional, es la primera vez que se produce un desembarco de este tipo en Francia.
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En la cubierta del barco "Ocean Viking", cerca de la costa siciliana, el 6 de noviembre. (Vincenzo Circosta/AP- Liberation)
El barco humanitario Ocean-Viking atracó en Tolón el viernes 11 de noviembre con doscientos treinta migrantes, entre ellos cincuenta y siete niños, rescatados en el Mediterráneo. Se trata del primer desembarco de este tipo en Francia, que pone fin a tres semanas de vagabundeo en el mar para el barco humanitario, que no pudo encontrar ningún puerto para recibirlo. Los migrantes a bordo del barco fueron rescatados entre el 22 y el 26 de octubre en el mar Mediterráneo cuando huían de Libia.
El presidente de la ONG SOS Méditerranée, François Thomas, declaró entonces:
"No es normal desembarcar a esta distancia de los lugares de rescate. Acogemos con satisfacción la decisión de Francia, pero (...) ha habido un calvario de tres semanas".
Se indignó por la reacción de Italia, que se negó a recibir el barco, a pesar de que estaba frente a sus costas.
De hecho, la legislación europea establece que un barco en peligro debe tener acceso al puerto más cercano del país en el que navega. Además, Italia se beneficia de un mecanismo de solidaridad financiera para ayudar a acoger a los inmigrantes. Por ello, esta negativa ha provocado una gran polémica en Francia, pero también en toda la Unión Europea.
Escena de alegría al llegar al puerto - CF Le progès
Esta situación de crisis se hace eco de la reciente elección de Giorgina Meloni, de un partido nacionalista de extrema derecha, como Presidenta del Consejo italiano. En respuesta, el presidente francés Emanuel Macron anunció un refuerzo de los controles fronterizos y la suspensión inmediata de la reubicación en Francia de 3.500 migrantes llegados a Italia. La estadista italiana denunció una reacción "agresiva, incomprensible e injustificada", pero aseguró que quería encontrar "una solución europea" a la cuestión migratoria.
La posición de Meloni fue secundada por el partido de extrema derecha francés Rassemblement Nation, cuya líder Marine LePen dijo que ella habría tomado la misma decisión: "Estos barcos que ponen a salvo a los migrantes rescatados en el mar deben llevarlos de vuelta a su puerto de partida. A continuación, se abrió un debate en la Asamblea Nacional francesa en el que los partidos de izquierda denunciaron las discusiones aberrantes e inhumanas, mientras que la extrema derecha acusó a Francia de ceder al chantaje de los contrabandistas y de las ONG que son sus cómplices.
MASIN Léa- 15/10/2023
Fuentes:
