Por la huelga climática: Puré de patatas arrojado a un cuadro de Monet
El domingo pasado, un hombre y una mujer de la „Última generación“ arrojan puré de patatas a un cuadro de la serie Les Meules (1890) de Claude Monet en el museo Barberini en Potsdam. A continuación, pegaron sus manos a la pared bajo el cuadro, declarando que hay que actuar ya contra el cambio climático y preguntando qué más hay que hacer para que la gente escuche.
Gracias a la protección por un cristal, el cuadro no sufrió daños. Los activistas fueron detenidos por daños a la propiedad y allanamiento de morada, aunque fueron liberados tras un interrogatorio. El grupo activista confirmó el acto e incluso publicó videos de él en su canal de social media. No es la primera vez que este grupo destaca con acciones como ésta – anteriormente llamaron la atención al bloquear autopistas y cruces pegándose a la carretera con pegamento instantáneo.
¿Actuaciones como éstas aún pueden ser consideradas como protesta? ¿Es necesario poner en peligro bienes culturales para apoyar la protección del clima, o es exagerado? En cuanto a estas preguntas, las opiniones divergen. Algunos dicen que sí es necesario para presionar la política a actuar. Otros dicen que, aunque sea importante actuar, ésta no es la manera.
Activismo extremo como éste, al ser demasiado espectacular, puede descentralizar el contenido y llamar la atención únicamente a la forma del protesto.
