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Extremismo climático

Extremismo climático: Un callejón sin salida?

Límites de la protesta legal
Extremismo climático: Un callejón sin salida?
Imagen: Activistas de la "Última Generación" en un bloqueo callejero en Múnich en febrero Foto: Matthias Balk / dpa

Autopistas bloqueadas, huelgas de hambre, cuadros a los que se les arroja comida, edificios salpicados de pintura- estas y más son las formas de protesta que hemos estado viendo últimamente de organizaciones como la Última Generación en Alemania o Just stop Oil en Inglaterra, con el objetivo de llamar atención a la crisis climática. Debido a su radicalidad, las protestas han sido criticadas por políticos y grandes partes de la sociedad, sobre todo en los medios sociales.

La forma radical de las protestas ha desencadenado un debate que gira en torno de hasta qué nivel de radicalidad pueden llevarse a cabo protestas para que sigan siendo justificables o legítimas en una democracia. La pregunta que se nos presenta es, dónde termina la protesta legal. ¿En la restricción de la libertad de los demás? ¿Violencia? ¿En qué punto paran?

Por un lado, las personas que realizan las protestas argumentan que estas tienen que ser drásticas y tienen que perturbar la vida diaria de la sociedad para obtener la atención de los políticos y para presionar los gobiernos a tomar medidas ambientales. Opinan que un atasco de tráfico, salsa de tomate en un cuadro o la suspensión del transporte aéreo no tienen ni la más remota importancia como la catástrofe climática que se aproxima con más y más velocidad. También razonan que no les queda más remedio que protestar de una manera más radical, ya que, con otras formas de protestas, como Fridays For Future, no han podido conseguir lo necesario. Y le dan la vuelta a la pregunta: ¿Hasta dónde llegará el gobierno federal para no cambiar de rumbo?

La política, por su parte, piensa que estas formas de protestas no son el medio adecuado. Radicalidad, como opinan, no ayuda para convencer a alguien de su punto de vista, si no que hay que hablar. En consecuencia, lo que pasa si las protestas se vuelven más y más absurdas, es que ya nadie se enfrenta al gol original de las protestas y, por lo tanto, lo que queda es sólo el medio de la realización, que son el resultado de las autopistas bloqueadas o la profanación de bienes culturales. Asimismo, como las protestas en la mayoría de las ocasiones no están dirigidas directamente a la política, sino que afectan principalmente a los ciudadanos, lo que hacen es incurrir su odio, no su apoyo.

El caso es que nos encontramos en un callejón sin salida. Los activistas tiran hacia un lado y el resto, aunque a lo mejor no tira por el lado completamente opuesto, no está de acuerdo con el método de protestas y, por lo tanto, los activistas realmente no consiguen su objetivo de movilización. Pero también es importante destacar que los activistas actúan de esta manera por causa de necesidad y falta de tiempo. La radicalidad surge de la desesperación y de no saber qué hacer para que los gobiernos hagan caso. Y lo que también hay que destacar es que desesperación y sus demandas no están basadas en la nada - están basadas en resultados y predicciones de investigaciones científicas, y lo que quieren es que la política le haga caso a lo que es la realidad. Las quejas también se basan en el facto de que los gobiernos son mayoritariamente dirigidos por gente que en el futuro del que los activistas nos advierten, ya no estarán. Una gran parte de los activistas sienten que ya no pueden seguir con su vida diaria, con sus estudios o sus trabajos porque la crisis climática es mucho más importante. Creen que, si no actuamos ahora, en un futuro ya no habrá un mundo en el que podamos trabajar o estudiar.

Sin embargo, también es verdad que la narrativa de “fin del mundo” que usan, tal vez no es el enfoque adecuado. ¿Cómo van a llevar a la gente a actuar si transmiten una imagen de una catástrofe total que ya casi no se puede evitar? Quizá lo que deberían de hacer es centrarse en los métodos de solución, proporcionar sugerencias de cómo se puede conseguir un futuro ecológico.

 

Tipo: Noticia
Territorio: Alicante