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Joan Fuster y el periodismo

Cien años de periodismo, cien años de Joan Fuster

Con motivo de la conmemoración del “Año Fuster” en el centenario del nacimiento del intelectual de Sueca, la Universidad de Valencia acogió a una centena de alumnos en la conferencia “Joan Fuster i el periodisme”
Cien años de periodismo, cien años de Joan Fuster
Imagen: La Universidad de Valencia conmemora el "Año Joan Fuster" con una conferencia. Fuente: propia

29/11/2022 - VALENCIA. Empar Marco, periodista y filóloga, y Josep Lluís Gómez Mompart, catedrático de Periodismo, fueron los dos ponentes que profundizaron en la prolífica faceta del autor. Durante dos horas, conversaron sobre la figura, la vida y la obra de uno de los hombres más influyentes en el siglo XX.

Marco consiguió a través de textos y audios traer la figura del intelectual a nuestros tiempos, incluso a aquella misma sala. Se centró en cuestiones como los orígenes y el entorno del escritor y lo dejó claro desde el principio: “Fuster trabajaba en los medios para ganarse el pan”. Durante toda su vida escribió más de 4000 artículos como ensayista, poeta y articulista en más de dos docenas de diarios, concretó Gómez Mompart.

La obra: cualidades y calidad

La figura de Fuster, que acompañaba a los alumnos durante el coloquio, habló de alguien a quien admiraba mucho: Josep Pla. Conmovedor es el hecho de que fue Pla quien admitió que nunca había conocido a un periodista que supiese llegar tan bien al humano como Fuster. Por ello, en el año 1961 lo presentó como “el más importante de Valencia” e incluso de toda la historia valenciana.

“Me considero un periodista en el sentido de que me gusta estar atento a la actualidad y captar el problema” (Joan Fuster)

Comprometido con su obra, llena de competencia, rigor y empatía. Estas eran algunas de las cualidades que Marco utilizó para definir al poeta. Sin dejar de lado algo muy característico del mismo: quiso ser desde el primer día un escritor en catalán. Fuster utilizaba la lengua como instrumento de comunicación por encima de todo y propugnaba, además, la flexibilidad lingüística.

Se manifiesta claramente como un “opinador” y su propósito principal es provocar a sus lectores. “Siempre se interroga y suscita a sus lectores a que también lo hagan” expuso Marco. En una entrevista que realizó para el semanario Destino en agosto de 1960, aseguró: “Quiero que reflexionen sobre ellos mismos, sobre su futuro, que abran los ojos a la realidad”. 

Tiempos difíciles para grandes opinadores

El tiempo de la conferencia, que transcurría paralelamente a la vida de Fuster, llegó a un punto controvertido. Sus artículos generaron cierta polémica durante la dictadura franquista. Temía que le prohibieran escribir en todos los medios de comunicación, ya que no tenía otra forma de ganarse la vida. Se estaba convirtiendo en un intelectual de referencia para importantes sectores de la opinión pública y eso suponía para la herencia franquista uno de sus mayores obstáculos.

Los alumnos de Periodismo prestan atención y toman nota sobre la conferencia. Fuente: propia

“El temor estaba justificado”, susurró Fuster desde alguna esquina de aquella sala a la vez que la gran pantalla de la Sala de Actos de la universidad mostraba una imagen: en Fallas del año 1963 lo quemaron como un ninot. Las agresiones fueron de forma sistemática, recibió  amenazas y pintadas discriminatorias en la fachada de su casa e incluso en el año 81 la ultraderecha intentó liquidar su voz por la vía rápida: una trampa con dos bombas.

Una figura eterna

Durante y después la transición a la democracia, anunciaron los conferenciantes, el ensayista de Sueca tuvo la oportunidad de realizar diversas colaboraciones que su gran amigo Pla le ayudó a conseguir: colaboraciones con Correo Catalán y Destino, pero también con La Vanguardia, ABC, Informaciones, TeleExprés, El País o El Pueblo. Toda la prensa quería a un periodista de tanto prestigio, aseguró la periodista y filóloga.

Aun así, afirman que su firme trabajo nunca se reflejó en su nómina salarial: “Fuster no tuvo trascendencia económica ni quiso nunca que nadie le ayudara económicamente a cambio de nada, era muy orgulloso pero también muy honesto”.

“El oficio del periodismo es una tentativa ilusoria. ¿Cuánto tienes que escribir para pasar el mes?" (Joan Fuster)

Lo que sí que trascendieron fueron sus miles de obras, sobre todo en el territorio en el que vivió y amó siempre. ¿Qué valenciano no ha tenido la oportunidad de leer Diccionari per a ociosos, como mínimo? Cuando el catedrático Josep Lluís Gómez Mompart lanzó la pregunta en la sala –cada vez más vacía- decenas alumnos levantaron la mano.

Su propia biografía sirvió para hacer ver a los alumnos la complejidad de la tierra valenciana y la diversidad de gentes que la habitan. Porque él mismo fue fruto, como todos lo somos de alguna forma, de las contradicciones que componen la esencia de cualquier ser humano.

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