¿BOE es pan?
El sutil frío que se siente a las nueve de la mañana anuncia el comienzo de octubre, impregnando de olor a otoño el ambiente. La facultad amanece como siempre, como cualquier lunes ordinario de clase. Pero este lunes es diferente.
Entramos en un aula diferente a la habitual, en la que durante la jornada entran y salen profesionales del periodismo digital y estudiantes de periodismo de diferentes cursos. Arranca la doceava edición del Congreso de Comunicación Digital de la Comunidad Valenciana.
La sala se tiñe de colores, fruto de la diversidad de ropa que los asistentes que ocupan los sillones visten. Tras una calurosa y motivadora presentación que advierte lo que ocurrirá en el aula durante las próximas horas, la primera ponente sube a la tarima y se sienta en una de las sillas. Su castaña melena lisa resalta unos ojos azules que examinan la sala antes de sonreír y dejarse presentar por Ximo Aguar.
Eva Belmonte, periodista especializada en el análisis y tratamiento de información pública, es la codirectora de la fundación Civio, una organización sin ánimo de lucro que representa claramente el concepto del “nuevo periodismo”; su principal objetivo es traducir el complejo lenguaje que las administraciones utilizan en los textos y declaraciones oficiales, hacerlos legibles y entendibles.
La sección estrella, El BOE nuestro de cada día, ofrece noticias elaboradas a partir de los decretos del Boletín Oficial del Estado, permitiendo que cualquier ciudadano pueda descifrar textos que influyen directa o indirectamente en sus vidas, y que si entrasen al boletín no podrían entender. Es una forma de fomentar y ejercer el derecho a la información, de luchar en contra de la conformidad, la desinformación y apostar por el pensamiento crítico y la investigación. Una forma nueva de hacer periodismo que constituye el futuro del sector.
En la plataforma, se componen otras secciones con información de gran relevancia e importancia. Información que deberíamos conocer pero que se camufla entre los jeroglíficos de los textos administrativos o que los políticos tapan con cortinas de humo. Estas secciones abarcan temas como el problema del acceso a la salud pública, los indultos que se conceden en España o la contratación pública.
La esencia del periodismo se está perdiendo, la línea entre la ética periodística y los objetivos informativos se va desdibujando poco a poco, y organizaciones como la que Eva Belmonte nos presenta avivan la llama de la verdadera naturaleza de la profesión. Ofrece a los ciudadanos los derechos de los que se nos priva para mantenernos sumisos, para que no entorpezcamos ni seamos conscientes de lo que las administraciones hacen delante de nuestras narices, pero tan lejos de nuestro campo visual.
La conferencia continua con la ponencia de una risueña mujer con un lenguaje tan didáctico como divertido. Virginia Diez añade algunas pinceladas a la transparencia que la anterior ponente ha comentado, y centra sus dos turnos de palabra en el uso del periodismo digital, los bienes comunes y la seguridad en internet. Tal ha sido su impacto en los estudiantes, que la mayoría salen del aula dispuestos a cambiar sus contraseñas y hacerlas más seguras.
Y para cerrar con un buen sabor de boca se realiza una actividad más entretenida y menos informativa, pero no por ello menos didáctica: una mesa redonda de streamers y twitchers, en la que participan Dani Meroño, Diego Pico Sirvent y Esther Collado, moderada por Manolo Montalt. Se crea un ambiente más íntimo, en el que interactúan con los estudiantes e incluso se crea cierto divertido pique entre ellos. Hablan sobre su visión sobre el periodismo y su futuro y sobre las redes sociales.
Tras una larga explicación a un estudiante de erasmus a sobre el símil de El BOE nuestro de cada día, este parece entenderlo, y con excesiva convicción pregunta: ¿Entonces BOE es pan? Y aunque suene gracioso, no va mal encaminado. La información administrativa que contiene el BOE es tan necesaria para entender la realidad que nos rodea como los carbohidratos lo son para que nuestro mecanismo funcione correctamente. Así que, a partir de ahora, consideraré sinónimos al BOE y al pan.
