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FALLAS CORONAVIRUS

La pandemia golpea duramente al sector fallero

La suspensión de las Fallas 2020 deja a un sector fallero muy debilitado y pendiente del próximo año
La pandemia golpea duramente al sector fallero
Imagen: Monumento fallero equipado con una mascarilla. Foto: Las Provincias.

VALENCIA, 4 nov. Este 2020, las llamas están apagadas, la pólvora se ha mojado y las falleras han vuelto a colgar los trajes en sus armarios. Un año inusual y triste para nuestra ciudad, que vive con la incertidumbre de si el próximo será igual.

El coronavirus ha paralizado una fiesta que desde hacía 80 años nunca había dejado de celebrarse, tenemos que remontarnos a la Guerra Civil española para encontrar las últimas ediciones que se suspendieron.

La explosión de la pandemia mundial provocada por la Covid-19 convirtió el mes de marzo en un autentica pesadilla para todos, pero sin lugar a duda los profesionales del mundo fallero han sido los que han recibido el golpe más duro. Centenares de monumentos sin plantar, otros tantos trajes sin lucir y miles de petardos sin explotar, son algunas de las secuelas que dejó el virus en este sector.

Las consecuencias no han sido solo emocionales, que también las ha habido, son las consecuencias económicas de este sector fallero las que más daño han hecho. Personas que viven de las fallas como los artistas falleros, los pirotécnicos o los diseñadores de indumentaria fallera se han tenido que buscar un trabajo diferente para seguir adelante. 

Artistas desolados

El gremio artesano de artistas falleros, que en sus inicios fue el Comité Central Fallero de Valencia, se fundó en el 1928. Este fue sustituido en el franquismo por  la Junta Central Fallera. Durante la dictadura los artistas falleros se constituyeron como un organismo dentro de la sociedad Canto Coral de Valencia. Toda la historia documentada del gremio y su trascurso puede visitarse en la Ciudad del Artista Fallero, un museo donde, además, descansan los ninots indultats y donde se pueden visualizar imágenes y bocetos de monumentos de fallas previas.

Como afirma el Gremio Artesano de Artistas Falleros en su página web, este organismo fue creciendo hasta la constitución del gremio que posee este mismo nombre, y que en la actualidad consta de 225 miembros y hasta 3000 familias que dependen de este sector. Además, en esta misma web se explicita que la sede del Gremio se encuentra en la Ciudad del Artista Fallero. Según el sociólogo Gil Manuel Hernández, la Ciudad del Artista Fallero se creó en 1968 y se constituye como una de las primeras ciudades temáticas españolas. Este conjunto de artistas falleros trabaja durante todo el año para elaborar los catafalcos que las comisiones falleras quemarán cada 19 de marzo. Cosa que este último año no se ha podido llevar a cabo debido a la Covid-19.

La pandemia mundial ha dejado sin ruido, luces y fiesta a todos los valencianos y ha obligado a centenares de artistas falleros a guardar sus obras hasta la celebración de las próximas fallas. 

Como declaró el artista fallero, Víctor Navarro Granero a este diario: “Hacemos 12 fallas en valencia entre grandes e infantiles, trabajamos en secciones medias y el tema de la Covid-19 nos ha afectado bastante, ya que ha sido como pegar un tiro definitivo a los talleres, porque ha supuesto no plantar todo lo que teníamos para las últimas Fallas y tenemos las naves llenas”. 

 Hay artistas falleros desesperados» | Las Provincias

Algunos de los ninots que no han podido exhibirse este año y permanecen en los almacenes. Foto: David Baldoví. 

Indumentaria fallera

El sector de indumentaria fallera ha sido uno de los más afectados por la pandemia y la consecuente suspensión de las Fallas este año. Los dueños de estos locales tuvieron que afrontar en marzo, una anulación de las Fallas que les ha supuesto un duro golpe, tanto a nivel económico como afectivo.  Este periódico ha tenido la oportunidad de conversar con propietarios de diferentes locales de indumentaria fallera  en la ciudad de València y esto es lo que nos han contado. 

Mar de somnis es un llamativo local situado cerca de la estación del Cabanyal y lo regenta Alicia Moreno, fallera mayor de València en 2016. En esta tienda han notado en gran medida la suspensión de las Fallas, y es que al no haber habido una transición de falleras mayores los encargos han bajado notablemente. “Esto también ha afectado a proveedores” comentó Alicia.

Una situación similar es la que han vivido en Amparo Fabra, donde la dependienta declaró que desde la pandemia las ventas son negativas: “Nos dedicamos al mundo de la fiesta y no hay fiesta”. La falta de encargos ha repercutido también en los proveedores de tela y de complementos para los trajes. “Ya no es solo la tela, las manteletas, los que venden las perchas, los que venden las bolsas, las cintas, las puntillitas, los botones, son todos los detalles”, explicó la dependienta del local. 

En cuanto a los encargos ya realizados para las fallidas Fallas de 2020, ambas propietarias coinciden en que afortunadamente sus clientes “se portaron bien”, y aun sabiendo que las Fallas se habían suspendido el día 10 de marzo acudieron a recoger los trajes. “Llorando, pero vinieron”. Y es que la suspensión de las Fallas no fue únicamente un golpe a la economía de estos negocios, sus dueñas comentaron que tras su cancelación se sucedieron días tristes y duros.

“Fueron unos días muy emotivos. Han quedado poquitas piezas, las que no vinieron era porque no podían, les daba mucha pena”, testimonió la dependienta en Amparo Fabra, visiblemente emocionada al recordar esos días. 

Asimismo, en Mar de Somnis tenían casi todo entregado, y lo que les faltaba pudieron entregarlo antes del confinamiento. Alicia comentó que normalmente “cuando acaban Fallas hacemos rebajas, y en confinamiento físicamente no las pudimos hacer, pero sí a través de redes sociales, y un poquito si hemos podido comprar nuevo de este año”. En este establecimiento han podido salvar la situación de cierre total por el confinamiento gracias a que el arrendador del local les redujo el alquiler a la mitad durante los meses de confinamiento. Alicia recuerda también la solidaridad de los proveedores: “se han portado fenomenal”. 

Mar de Somnis on Instagram: “💫Detalles que completan un todo💫 . # mardesomnis #aliciamoreno #indumentariavalencian… en 2020 | Indumentaria  valenciana, Indumentaria, Trajes

Un traje tradicional fallero expuesto en un maniquí. Foto: Araceli Galiano. 

En ambos locales tuvieron que acogerse al Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).“Antes éramos 12 empleados, y en este momento solamente estamos 3”, declaró la dependienta de Amparo Fabra, quien, al mismo tiempo aseguró que no han encontrado trabas a la hora de cobrar esos ERTE. Alicia también afirmó que, en su caso, la empresa gestionó los cobros sin ningún incidente, más allá de unos puntuales retrasos al comienzo. 

En Mar de Somnis los encargos se han visto disminuidos, “pero afortunadamente sí tenemos encargos. Tanto falleras mayores que continúan y les apetece un traje nuevo, como falleras de a pie que se han hecho un traje nuevo” manifestó su dependienta al ser preguntada sobre los futuros encargos. “Dentro de lo malo, y que no son las cifras que esperábamos, no nos podemos quejar”. No se da la misma situación en Amparo Fabra, donde su dependienta se quejó de la incertidumbre y de no saber qué va a pasar:

“Nos está afectando. En cuanto se abrieron las tiendas vino gente a hacer encargos pero con el tiempo los han anulado”. Durante la conversación mantenida con este diario la dependienta del local manifestó estar “con la agenda vacía” y “sin poder vender”.

De cara al próximo año confían en que la celebración de las Fallas pueda llevarse a cabo. “La esperanza es lo último que se pierde”, declaró Alicia en Mar de Somnis. “Se tienen que celebrar, van a ser diferentes, no van a ser a lo que estamos acostumbrados. En caso de que haya toque de queda se pueden celebrar de día, hay mil alternativas, la cuestión es buscar esas soluciones”. En Amparo Fabra piensan igual, su dependienta cree en las Fallas de 2021, y así lo manifestó: “Se tiene que celebrar como sea. Trabajamos mucha gente en las fiestas, trabajamos durante todo el año. Si no se celebran las fallas de este año vamos a pasarlo muy mal”. 

Las Fallas, como motor financiero para la ciudad de Valencia, son una celebración clave que, tanto los falleros como los sectores dedicados a estas fiestas, no ven plausible que vuelvan a ser suprimidas: “Creo que se tienen que celebrar, porque el volumen de negocio que mueve las Fallas es muchísimo. Para la economía valenciana no sería favorable que se suspendiera en ningún caso”, expresó Alicia en referencia a cómo considera que puedan desarrollarse las Fallas el próximo año.

“Por nuestra parte estamos animando a los falleros por redes sociales, que es lo que hay que hacer ahora”, aseguró Alicia. Cree que hay que tener los ánimos y el empeño en buscar soluciones para celebrar las Fallas, “y en caso de que empeore la situación y que no se celebre tendríamos que reiventarnos, que es lo que hemos hecho hasta ahora”; están produciendo también mascarillas, que es “lo que está ayudando un poquito a tirar del carro”. 

Pólvora mojada

Otro sector que se ha visto también gravemente golpeado por la suspensión de las Fallas este año es el de la pirotecnia. Las tiendas y almacenes de petardos, que en época de Fallas se encuentran a rebosar de compradores, este año han vivido una insólita situación; con el confinamiento y la cancelación de las fiestas, estos propietarios y trabajadores se han visto imposibilitados para vender todo el material al que, de normal, otros años dan salida sin problemas.

En un comercio local del característico barrio de Ruzafa sus trabajadores comentaron a este diario que la suspensión de las Fallas les ha afectado “de lleno”; una de las dependientas se lamentó de que la campaña de este año estaba ya preparada, en cuanto a personal, como a productos, y que terminó siendo “un desastre”. 

También Cristian Esteban San Bartolomé, de Hermanos Caballer Pirotécnicos, declaró a uValencia que tenían toda la campaña preparada cuando se anuló la celebración, y aunque hay fallas que han pagado los servicios sin haberse llegado a disparar, “no es suficiente para poder afrontar el año” y que se han pedido préstamos “para poder pagar los gastos, sin obtener beneficio”. En el local de Ruzafa denunciaron también tener todo el stock sin vender. “No se celebró y los encargos que había no vinieron a recogerlos”, declaró la trabajadora del local. 

Al igual ocurre en Hermanos Caballer, que dicen “tener todo almacenado”, además de bastante material sobrante para la campaña de verano y varios pedidos al extranjero, “con lo cual si quisiéramos fabricar más tampoco podríamos, porque las fábricas están al 100% de su capacidad, y los encargos se han reducido un 99%”, aseguró Cristian, quien se lamentó por “un año prácticamente blanco de ingresos y sin gastos que hacer”. 

Hermanos Caballer, Oro en el Concurso Internacional de Fuegos Artificiales

Trabajadores de Hermanos Caballer preparando tracas. Foto: Hermanos Caballer Pirotécnicos. 

En cuanto a la situación de los trabajadores en ambas empresas, se han visto afectados por un ERTE, que en el local del barrio de Ruzafa se extiende desde el 14 de marzo: “Mi jefe hizo ERTE en todas las tiendas, y ahora hace un par de semanas solo ha abierto esta en Valencia”, informó la trabajadora del local. Eso sí, han recibido todos los cobros, al igual que en Hermanos Caballer, donde continúan teniendo empleados en ERTE. “Con las fechas que son, que queremos trabajar y no nos dejan”, declaró Cristian. 

De cara al año que viene consideran que es una “incertidumbre total”. Al ser preguntados sobre en qué medida piensan que se podrá llevar a cabo la celebración de las próximas Fallas no supieron responder con exactitud, ya que “la situación no pinta nada bien". Cristian cree en su celebración, aunque tuviesen que reinventarse. En ambos casos quieren ser optimistas, “dicen que van a ser unas fallas atípicas”, pero tanto un trabajador como otra encuentran la situación complicada. 

Al pedirles que imaginasen el hipotético caso de que las Fallas volviesen a anularse el próximo año ambos trabajadores coincidieron en que sería “la ruina”. “En este sector las alternativas son muy justas, estamos a expensas de fiestas y celebraciones. Si no hay Fallas tampoco hay bodas, comuniones, ni bautizos; si la gente no se puede juntar tampoco hay cumpleaños”, explicó la dependienta del local de Ruzafa.

“Si las empresas de pirotecnia tuviesen que cerrar y bajar la persiana”, comentó además Cristian, “luego los siguientes años se tendrían que hacer sin pólvora, porque no habrá fábricas suficientes para abarcar unas Fallas como las que hasta ahora se hacían”. 

Respecto a los trabajadores del sector, Cristian consideró que la gente que come de ello “tendrían que buscar otros oficios”, situación por la que tanto los pirotécnicos, como los artistas y artesanos falleros corren un alto riesgo de perderlo todo. Esta misma idea es la que denunció la trabajadora del local, quien aseguró que en el sector pirotécnico, y de las celebraciones en general, “estamos muy abandonados”. Dicen no haber recibido ayuda alguna, y con el paso del tiempo se encuentran cada vez más desesperados. 

Casales vacíos

Pero no solo los negocios locales han sido los afectados por la anulación de las Fallas este año. Otro de los sectores que más dinero mueve en la ciudad durante el año y concretamente durante las celebraciones falleras es el de los casales falleros. La suspensión de las Fallas sacudió también a los casales de la ciudad, que tuvieron que interrumpir su actividad de forma drástica. Para detallar cómo fue el cierre de los casales y su situación actual este diario contactó con Quique Soler, presidente de la Falla Antiga de Campanar y director del Hospital la Fe. Además, pudimos contar con el testimonio de Yaiza Ramírez, fallera de Xirivella. 

Las pérdidas económicas no son lo único por lo que Soler se mostró preocupado, sino el no haber podido realizar unas fiestas que, además de que “son Patrimonio Nacional y Patrimonio Universal de la UNESCO”, son “aquello por lo cual durante todo un año has estado trabajando”. 

Como bien señaló el presidente de la Falla, se trata de una fiesta a nivel mundial, y el no haberse podido llevar a cabo este año es “un grave problema para todas las Fallas”. La situación vivida el pasado mes de marzo provocó que algunos falleros se diesen de baja de sus fallas, algo que testimonió Soler, apuntando el número de bajas de su Falla en “no más allá del 5%”. Muchas de ellas son infantiles y es que, como bien señalaba Soler “los infantiles dependen de sus padres”, además de que “no tienen esa sensación de pertenecer a una comisión”. El presidente de la Falla aludió a que las escasas bajas por parte de adultos han venido dadas por problemas laborales, lo que deja “una situación que se puede aguantar”. 

No lo vio tan claro en cuanto a poder aguantar más allá de este año: “Todo dependerá de las próximas Fallas”. Soler no descartó que, tanto su Falla como las demás, entren en crisis si no se volvieran a celebrar unas Fallas el próximo año, además de que, añadió, “tendremos que bajar de categoría sí o sí”.

Otra consecuencia de una nueva ausencia de Fallas se reflejaría en los ingresos de los casales, repercutiendo en futuras celebraciones: “Si no podemos tener más ingresos más allá de los ingresos de los falleros, desgraciadamente será imposible que en 2022 podamos hacer nada”. 

En cuanto al año 2021, Soler manifestó su fe en las opciones que puedan darse para la celebración de unas Fallas: comentó la posibilidad de que para el próximo año las empresas farmacéuticas hubiesen ya desarrollado una vacuna, la cual para el mes de marzo pudiese estar ya distribuida y en uso. Así, propuso que sería interesante “plantearse unas Fallas en junio o julio, cuando el tiempo acompaña mejor, la covid no se reproduce tanto, donde podríamos estar la mayoría vacunados”, y en definitiva como él mismo destacó, donde podríamos “vivir una no tan restrictiva realidad”.

Muy diferente es la perspectiva de la fallera residente en Xirivella, a la que este diario pudo realizar un breve cuestionario, y que no cree en unas futuras celebraciones: “El hecho de celebrar las Fallas es simplemente una forma de que la gente se siga contagiando”. Opina que si llegaran a suspender de nuevo las celebraciones “va a ser algo que ya esperábamos”, al contrario de lo que pasó en marzo, “que nos tomó por sorpresa”. 

Nos cuenta que la actividad de su casal se ha reducido drásticamente, “en Fallas se solía ir a cenar el viernes por la noche al casal. Hace unas semanas comunicaron vía redes que volveríamos con un aforo de 100 personas y lista de espera”, pero todo quedó en nada,  porque al final “han decidido no hacer ninguna cena hasta nuevo aviso”. Respecto a si se plantea dejar de ser fallera, responde rotundamente que no, “Ser fallera es algo que me gusta y por culpa de un virus no voy a dejar de serlo”. 

 

Tema: Cultura
Subtema: Sociedad
Territorio: Valencia
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