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La librería solidaria Aida Books baja sus ventas debido a la COVID-19

Las voluntarias de la ONG Aida Books&More declaran que la pandemia ha afectado negativamente a las ventas de los artículos y a inscripción de nuevos voluntarios
La librería solidaria Aida Books baja sus ventas debido a la COVID-19
Imagen: Clientes en la librería solidaria Aida Books&More en la calle Molinell 14 (Valencia). MAGDALENA EWA BORKOWSKA

VALÈNCIA. La librería solidaria AIDA Books&More, con dos sedes en València, ha notado el parón del confinamiento tanto en losniveles de ventas como en la afluencia de clientes y voluntarios, según las palabras de Zulima Martí, voluntaria desde hace un año en la librería de la calle Molinell y Conchi Méndez, con un año y medio de experiencia en la sede de la calle Moratín. 

“Antes la gente venía a pasar el rato y

ahora tenemos menos clientes”

 

Estas dos librerías destinan sus fondos al desarrollo de la ONG AIDA, Ayuda, Intercambio y Desarrollo, asociación que lleva a cabo proyectos humanitarios en diferentes países del mundo, como la casa de acogida para niñas “Rosalie Rendu” en Bangladesh, que lucha contra el matrimonio infantil, o el desarrollo de diferentes becas post-grado, como las que ayudan a la inserción de laboral de los jóvenes estudiantes de medicina de Guinea Bassau. Las librerías de AIDA operan a nivel nacional, con tiendas físicas en diferentes ciudades de España como Barcelona, Valencia, Segovia, Santander o Madrid, y disponen además de una tienda online recientemente abierta.

Imagen:Gel hidroalcohólico a la entrada de la librería solidaria AIDA en la calle Moratín. MAGDALENA EWA BORKOWSKA

Según nos cuentan las voluntarias, durante las semanas inmediatamente posteriores al "desconfinamiento", las librerías fueron reabriendo poco a poco, pero no se recibían donaciones. De hecho, en la sede de la calle Moratín aún no se aceptan, porque el local es muy pequeño y no puede ofrecer un espacio para que los libros pasen una cuarentena preventiva antes de ser colocados en las estanterías para su venta. En el local de la calle Molinell, más grande, es donde se reciben actualmente todas las donaciones, que son el motor y la fuente de financiación de las librerías.

 El otro de los grandes problemas a los que hace frente actualmente Aida Books&More es el de los voluntarios. “Ha habido muchísimas bajas; sobre todo justo después del estado de alarma cuando nos dejaron abrir la tienda. Volvimos solo dos del turno, cuando en principio éramos siete. Se ha apuntado gente nueva, pero poco a poco, es más un goteo de gente, pero no hemos vuelto a ser siete”, cuenta Zulima Martí. En la sede de Moratín la cosa no fue mucho mejor, puesto que, como afirma Conchi Méndez, los turnos se redujeron de tres a una persona e “incluso algunas tardes no se abría”, puesto que no había nadie disponible para hacer el turno. 

Entre otras consecuencias, según cuentan las voluntarias de la calle Moratín, se ha retrasado indefinidamente la apertura de una nueva librería de AIDA en España, cuya inauguración se canceló a raíz de la declaración del Estado de alarma el pasado 14 de marzo y aún no se ha retomado. Del mismo modo, afirman que hay algunos voluntarios que siguen trabajando desde casa, atendiendo a las redes sociales, las ventas online y la página web.

 

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Imagen: Señales que indican la distancia de seguridad que ha de haber entre los clientes de la librería solidaria AIDA. MAGDALENA EWA BOROWSKA

  A pesar de las dificultades, ambas librerías   siguen en pie y ofrecen a sus clientes todas las medidas de seguridad posibles para garantizar el bienestar de sus clientes y seguir trabajando: geles hidroalcohólicos a la entrada, un datáfono para posibilitar el pago con tarjeta, la limpieza y desinfección del local al abrir y al cerrar cada día y la cuarentena de los libros que se reciben.

 Estas cuarentenas son necesarias, pero retrasan la comunicación y el servicio que se ofrece a los clientes. “Ahora alguien está buscando un libro y no se le puede dar el servicio inmediato que antes ofrecíamos. Ahora mismo tenemos mil libros guardados en cuarentena, porque tienen que estar quince días guardados y luego es un jaleo”, cuenta Zulima.

Imagen: Libros en la mesa principal de la librería solidaria AIDA de la calle Moratín.MAGDALENA EWA BORKOWSKA