La controvertida gestión de la Universitat de València ante la pandemia

VALENCIA.- Miles de universitarios han vuelto a las aulas después de meses de incertidumbre. Para adaptarse a la nueva normalidad, los centros universitarios han desarrollado medidas que permitan hacer frente a esta situación. Clases en streaming, docencia online o híbrida, grupos burbuja y aforos reducidos han sido algunas de las medidas que se han llevado a cabo desde las universidades. Sin embargo, ¿han sido realmente efectivas para los profesores y alumnos?
Después de contrastar testimonios de los diferentes sectores implicados, se pueden apreciar disparidades entre las opiniones. Las medidas implantadas han sido efectivas para evitar rebrotes, pero alumnos y profesores critican la transformación del nuevo modelo.
IMAGEN: Medidas anti-covid implantadas por la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación. CUARTO PISO
Por una parte, Josep Montesinos, decano de Geografía e Historia, y Rosa Mº Bo Bonet, decana de Filosofía y Ciencias de la Educación, destacan el buen desempeño por parte de la universidad y la capacidad de reacción para proporcionar medidas de seguridad eficientes y medios para mantener la calidad educativa. "De momento no hemos tenido ningún brote en la universidad", recalca Montesinos.
Medina: "Cada vez que voy a clase tengo ansiedad, no me siento segura".
Por otro lado, los profesores expresan su preocupación ante la nueva forma de gestionar sus clases, ya que aseguran que la universidad no les ha proporcionado las herramientas necesarias para impartirlas. De hecho, los docentes denuncian la falta de comunicación de la administración con los profesores, así lo afirmó Maria José Medina, profesora titular de la Facultad de Química.
Los alumnos, también cuestionan la reducción de las horas prácticas, lo que disminuye la calidad de su formación. El coste de la matrícula ha sido otro de los aspectos más criticados por los estudiantes, quienes consideran que no deberían pagar lo mismo al no realizar uso de las mismas instalaciones que años anteriores.
Generalmente, el modelo híbrido por el que han optado la gran mayoría de facultades nunca podrá ser tan efectivo como la docencia presencial a la que estamos habituados. Esta nueva situación no solo afecta a los conocimientos de los estudiantes, sino que también concierne a la salud mental de todos los implicados, pudiendo llegar a afectar su rendimiento.
Sin embargo, la crisis generada por el COVID-19 ha venido para quedarse, por lo que las universidades deberán encontrar los mecanismos convenientes para impartir clases de forma adecuada al mismo tiempo que se establecen medidas de seguridad que garanticen la estabilidad y protección de alumnos y profesores. ¿Cómo responderán las universidades ante nuevos imprevistos que puedan ser generados por la COVID-19? Se trata de una incógnita.
En el siguiente podcast se hablará de ello gracias a las aportaciones de decanos, profesores y alumnos de la Universitat de València: