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CRISIS COVID-19

La crisis sanitaria ralentiza el proceso de diagnóstico del cáncer

El Doctor Jose Gómez Codina explica cómo afectó la crisis sanitaria al funcionamiento del servicio de oncología
La crisis sanitaria ralentiza el proceso de diagnóstico del cáncer
Imagen: Doctor Jose Gómez Codina en el Hospital Universitari y Politècnic La Fe de Valencia. Fotos realizadas por Anna Rodrigo Raigón

La crisis del COVID19 ha sido la más grave a nivel mundial de los últimos años, puesto que se han visto afectados numerosos ámbitos de la vida como el ocio, la economía, la política, la educación, etc. El sector sanitario ha sido, sin embargo, el que ha requerido cambios más drásticos y a contrarreloj. 

Enfermedades como el cáncer, que son tan importantes diagnosticar a tiempo para incrementar las posibilidades de supervivencia del enfermo, han tenido que adaptar sus procesos médicos a esta nueva situación. El Doctor José Gómez Codina, jefe de servicio de Oncología Médica del Hospital Universitari y Politècnic La Fe de Valencia, ha explicado a este periódico cómo ha repercutido la crisis sanitaria al funcionamiento del departamento que dirige.

El doctor afirma que desde el comienzo de la pandemia los responsables del servicio elaboraron un plan basado en salvaguardar la asistencia de todos los pacientes y minimizar los riesgos de contagio entre el personal sanitario. “Hemos priorizado las consultas telefónicas en los casos en que razonablemente era posible -básicamente en seguimientos de pacientes curados o estables-, manteniendo las exploraciones que eran imprescindibles”, cuenta. 

Además, el especialista garantiza que en todo momento se respetaron las medidas de seguridad y se intentaron reducir al mínimo el número y la duración de las reuniones de equipo. Para evitar que el servicio estuviera desatendido por un contagio masivo de los sanitarios, durante el confinamiento se hicieron turnos, de modo que solo trabajaban dos tercios del personal. 

Respecto a la gestión de la crisis, José Gómez piensa que las instituciones sí pidieron la ayuda necesaria a los técnicos especialistas, pero que éstos tampoco conocían cuáles eran las medidas idóneas porque era una situación nueva para todos. Sin embargo, opina que “lo que no tiene ninguna justificación es la utilización de la pandemia como arma arrojadiza entre los políticos. Este tema debería haberse quedado completamente al margen del debate político y haber trabajado todos en la misma dirección. Seguro que esto hubiera sido beneficioso y hubiera salvado vidas”. 

Como jefe de servicio de Oncología, asegura que la pandemia ha afectado muy poco a los tratamientos contra el cáncer y que, sólo en los casos que era posible, se ha priorizado los tratamientos por vía oral en lugar de los intravenosos (para reducir el tiempo de estancia de los pacientes en el hospital). En cambio la investigación clínica sí se vio afectada puesto que no se incluyeron pacientes en los diferentes ensayos clínicos durante los meses críticos. 

Debido al colapso hospitalario se demoraron algunas exploraciones al inicio de la crisis y el diagnóstico de estos casos se retrasó pudiendo empeorar su pronóstico. “En las primeras semanas de la pandemia existió tanta confusión, que se priorizó la lucha contra el virus. Es lógico que en esos momentos fuera así. Visto con posteridad podríamos haber mantenido toda la actividad diagnóstica en los casos de sospecha oncológica”, reconoce el doctor, aunque puntualiza que se trató de la minoría de los casos.

Según los datos ofrecidos por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) se evidencia que, a causa de la crisis sanitaria, hay entre un 15 % y 20 % menos de nuevos diagnósticos, lo que supone un peor pronóstico de la enfermedad.