David no pudo con Goliat
El Día de Todos los Santos siempre es un día especial en toda España. Más aún en Camporrobles. Un pequeño pueblo al oeste de la Comunidad Valenciana, a escasos kilómetros de la frontera con Castilla la Mancha, se esconde una tradición de familiaridad en esta día festivo. Los residentes y veraneantes se reúnen con su familia para llevar las tradicionales flores a sus fallecidos en el cementerio. Sin embargo, este año el pueblo tenía un acontecimiento que opacaba toda conmemoración.
El equipo de fútbol de la localidad ha tenido un enfrentamiento contra el gran club de la comarca: CD Utiel. Un derbi que hacía años que no se daba por la diferencia de categorías, pero que lo envuelve un contexto de ilusión que ha agolpado al pueblo entorno al Estadio Municipal García Berlanga. Además de existir una enorme tradición futbolera, esta temporada el club está situado cerca de los puestos de ascenso de segunda regional y hasta la fecha había superado todas sus rondas en La Nostra Copa. Algo que ha generado unas expectativas a la altura del acontecimiento.
En los momentos previos al partido, el García Berlanga se ha llenado como hacía años que no se veía. Un manto azul y rojo, colores de los respectivos equipos, bañaba el terreno de juego y las gradas. El club local ha aprovechado la ocasión para promocionar unas bufandas que acaban de sacar, se vendieron vuvuzelas, se llevaron tambores y demás objetos que pudieran animar un día tan especial. El equipo visitante, por su parte, ha promocionado el partido en igual medida que los locales aun sabiéndose superiores y favoritos. Con toda la expectativa creada y el ambiente festivo que había en el estadio, el árbitro da el pitido inicial al encuentro.
En el terreno de juego el guion del partido ha sido el esperado. EL CD Camporrobles ha salido por primera vez en la temporada con una defensa de cinco y el CD Utiel lo ha conseguido encajonar en su propia mitad de campo. El plan de los locales ha sido intentar aguantar la avalancha de juego de los rivales y, con suerte, tener alguna ocasión con espacios para correr. Sin embargo, todo se ha torcido cuando sobre el minuto 20 un balón iba a entrar a la portería de los locales y un central lo ha parado con la mano sobre la línea. Expulsión y penalti en contra que anota el Utiel. A los camporruteños les tocaba remar a contracorriente. Más aún, cuando al borde del descanso los visitantes han duplicado su ventaja. A los vestuarios se han marchado con un 0-2 y muchos minutos por delante.
A la vuelta el acoso y derribo del Utiel no ha cesado. Nada más salir del túnel de vestuarios, en la primera jugada, se ha puesto el 0-3 en el luminoso que ya parecía insalvable. Las esperanzas del CD Camporrobles las ha sostenido la afición que, a pesar del resultado, ha disfrutado del ambiente generado. Sin embargo, la osadía ha continuado y con ella el 0-4 definitivo y una expulsión a Raúl Navarro, que estaba en el banquillo. El partido no ha dado mucho más de sí en lo futbolístico que la hoja de ruta planteada por los entrenadores a lo largo de 90 minutos. Un equipo que está primero en preferente pasando por encima al tercero de segunda regional. Esta vez David no pudo con Goliat.
Al finalizar el partido, los futbolistas de ambos equipos se han reunido en el centro del campo para agradecer a las aficiones el ambiente que les habían regalado. Y estas hicieron lo propio con los protagonistas. Un cierre entre ovaciones a un día pletórico donde el fútbol ha vuelto a recordarnos lo que puede y debe significar.
Porque normalmente se habla del deporte rey como un punto de fractura social. Y nada más lejos de la realidad. No obstante, Camporrobles y Utiel han sido un ejemplo de lo que es la esencia del deporte. Una rivalidad convertida en hermandad. Cada uno apoyando a los suyos, pero disfrutando como se merecía la ocasión. Y es que, como dijo Arrigo Sacchi, el fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes.
