Italia, cuando el cine es el gran arte: 'La vida es bella' y 'Cinema Paradiso'
'Cinema Paradiso'
El buen cine es una metáfora de la vida, un guiño, una nostalgia dulce. 'Cinema Paradiso' (1988), es una película para disfrutarla, ante todo y sobre todo. Poco a poco, Giuseppe Tornatore, su director, mece al espectador en la historia de la película como si fuese un bebé. Desde la primera escena se nota esa esencia invisible que invade las obras que están hechas desde el corazón, y conforme avanza el público siente in crescendo un mayor cariño hacia sus protagonistas.
El ambiente de la película es clave, se grabó en un pueblo siciliano llamado Giancaldo. Es un pueblo pequeño, o al menos da esa sensación. En él la mayoría de sus habitantes son jornaleros, y su mayor distracción es acudir al cine, el Cinema Paradiso. Cuando el proyector se enciende el pueblo entero se deja invadir por esas historias que se transmiten desde la gran pantalla. Lo más bonito de este cine, es que tiene alma, no solo es un negocio para su propietario, sino que es el centro social del pueblo .Es un cine que recuerda al que vivieron nuestros abuelos y padres, el pueblo entero se reúne allí cada semana en una especie de misa cultural. Allí ocurre todo.
"Es un cine que recuerda al que vivieron nuestros abuelos y padres, el pueblo entero se reúne allí, cada semana, en una especie de misa cultural. Allí ocurre todo."
En el filme se muestra una Italia particular, muy ligada al catolicismo. Eran los años en los que la democracia cristiana gobernaba y, en los que como en su vecina España, los curas de cada pueblo tenían un gran poder cultural. Como quiero que el espectador disfrute plenamente la película, no pondré ningún ejemplo de ello.
Otro aspecto fundamental es la banda sonora, está compuesta por Ennio Morricone. Es una especie de bálsamo curativo contra las vicisitudes en las que viven los personajes de la película. Pero no se asusten, Cinema Paradiso, no es un dramón, es otra cosa.
Toto es el protagonista de la película, desde niño muestra una grandísima curiosidad por el mundo del cine y por ello está muy unido a Alfredo, el proyeccionista del cine. Los dos juntos protagonizan una de las parejas más icónicas de la cinematografía mundial. Alfredo es un sabio que conoce los secretos del cine y un consejero fiel, un padre adoptivo para el joven Toto.
Otro personaje muy importante es el de Maria Di Vita, la madre de Toto. Esta mujer tuvo que sacar adelante a sus dos hijos sin la ayuda de su marido, que desde el inicio de la película no está presente.
En cuanto el reparto, hay que destacar a Philippe Noiret que hace el papel de Alfredo. También no podemos dejar de mencionar el trabajo de Pupella Maggio que a sus 77 años representó al personaje de la anciana Maria Di Vita.
A pesar de que la película original duraba 155 minutos, se estrenó a nivel internacional en su versión de 123 minutos. Cinema Paradiso fue un éxito a nivel internacional, obtuvo un Óscar a la mejor película de habla no inglesa y también el Gran Premio Especial del Jurado del Festival de Cannes. Por su parte, Ennio Morricone consiguió el premio BAFTA gracias a su banda sonora
En definitiva, 'Cinema Paradiso' es algo más que una película. Es la historia de una vida, la historia de aquellos jornaleros humildes que como diría Antonio Machado: “son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan”; y sueñan en el cine de su pueblo. Pero también es el relato de un niño con una curiosidad inmensa, y el de su madre, que sufre por la dureza de la posguerra.
Así mismo, rinde homenaje a la figura del proyeccionista de cine, el mago que hace que todo funcione. Es una trama de amor hacia el cine, y hacia un tipo de cine diferente que el de los cines desalmados de las grandes superficies comerciales. Tornatore hizo una gran obra maestra, una oda hacia su profesión y hacia aquellas gentes humildes que cada semana acuden religiosamente a la caja mágica de los sueños.
Les recomiendo no consultar el trailer, muestra demasiado. Simplemente disfrútenla porque es una gran película.
La vida es bella: Resiliencia de un nuevo modelo de padre de familia
Casi una década después del estreno de Cinema Paradiso, en 1997 se estrenó en Italia la también oscarizada película 'La vida es bella', escrita, dirigida y protagonizada por el cómico e histriónico Roberto Benigni.
Ambientada en un pequeño pueblo de la Italia fascista, Arezzo, y a través de su protagonista, Guido Orefice, joven judío que llega para trabajar de camarero en el hotel de su tío, nos ofrece una sarcástica crítica social de aquella etapa histórica totalitaria, autoritaria y racista.
A pesar de que fue un periodo caracterizado por la supremacía de la raza italiana, con las dificultades que conllevaba para su protagonista en su desarrollo personal, vemos como afronta las adversidades que se le plantean de un modo cómico, que subraya lo absurdo que pueden ser las ideologías que enfrentan a sectores de la población, pese a que sean mayoritarias, y que son devastadoras para la humanidad.
Se trata de una alegoría a la resiliencia del ser humano, donde a pesar de que todo el ambiente es hostil, Guido consigue sobreponerse, se enamora y conquista a Dora (Nicoletta Braschi), bella profesora del pueblo, y forma una familia con el nacimiento de su hijo, Giosuè.
Tras este inicio, y cuando Giosuè cuenta con siete años, nos traslada al horror del holocausto judío, al haberse iniciado la II Guerra Mundial, Italia se alía con la Alemania nazi, y deporta judíos a campos de concentración alemanes, y separando así a las familias.
En esta segunda parte del filme se muestra en toda su crudeza la selección que efectuaban los nazis de sus prisioneros, donde el que no era apto para el trabajo forzado era llevado a la cámara de gas, así como las condiciones insalubres y de hambruna existentes en barracones donde se hacinaban los que eran señalados como de una raza inferior, y en el que Guido logra ocultar a su hijo Giosuè esta situación mediante su personalidad fantasiosa, que disfraza todos los horrores que están viviendo y consigue mantener al margen a su inocente hijo, que le cree hasta el momento de la liberación por el ejército estadounidense, e incluso después con el reencuentro con su madre.
En esta obra, galardonada con tres estatuillas, a mejor película de habla no inglesa, mejor banda sonora original, y mejor actor, el cómico Benigni nos ofrece una visión diferente de un tema tan cruel como fue el holocausto, en un manifiesto a favor de la humanidad y la esperanza en un lugar tan siniestro como un campo de concentración que simboliza la muerte, interpretando un papel que simboliza un nuevo referente para la masculinidad.
