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El lema “ningún ser humano es ilegal” contra los Centros de Internamiento de Extranjeros

La organización “CIE No” lucha por el cierre de estos centros donde personas migrantes son recluidas y "denigradas"
El lema “ningún ser humano es ilegal” contra los Centros de Internamiento de Extranjeros
Imagen: Manifestación organizada por la plataforma CIE No en Valencia. CÉSAR DESCALZO

Ante un escenario tan delicado como la migración, València se convierte en un megáfono más para dar voz a las negligencias que sufren las personas migrantes en los CIE (Centros de Internamiento de Extranjeros). El pasado 20 de noviembre, y como cada último martes del mes desde hace diez años, la campaña CIEs No por el cierre de los CIE en España se reúne ante la gran e imponente puerta azul del CIE de Zapadores, en València, para exigir una vez más el cierre del centro.

Al principio, un reducido grupo de personas mayores con mascarillas en las que se puede ver el logo de la campaña esperan la llegada de los portavoces. En medio de la calle Zapadores, en una isleta entre dos carriles -uno de los cuales fue cortado para la manifestación- empieza a congregarse gente, sobre todo mayor y cumpliendo la distancia social, y dos furgones antidisturbios con al menos cinco agentes de la Policía Nacional. 

¿Qué es un CIE?

Los Centros de Internamiento para Extranjeros se definen como establecimientos de carácter “no penitenciario”, donde se ingresa a extranjeros que están pendientes de que se ejecute una orden de expulsión a su país de origen. En estos centros la Ley les permite mantenerse allí como máximo 60 días, tras los cuales, si no han sido llevados de vuelta a su país, quedan en libertad. Este proceso se repite hasta que son deportados o consiguen los papeles de residencia. 

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 Xavi Torregrosa en el discurso de la manifestación por el cierre de los CIEs. Paula Mateu.

Los Centros de Internamiento para Extranjeros en España

En la actualidad, hay en funcionamiento siete CIE; el de Algeciras, el de Barcelona, el que se encuentra en Las Palmas de Gran Canaria, el de Aluche en Madrid, el de Murcia, el de Tenerife y en Valencia​. Estos siete centros tienen 1.472 plazas entre todos ellos, 1.300 para hombres y 172 para mujeres. Existen desde el año 1986, tras contemplarse en la primera Ley de Extranjería (Ley Orgánica 7/1985 sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España).

Esta Ley establece la posibilidad de que el juez de instrucción acuerde como medida cautelar vinculada a la ejecución de un expediente de expulsión que no tenga carácter penitenciario. La existencia de estos centros ha hecho que la ley de Extranjería se haya modificado. En 2014 se aprobó el reglamento de funcionamiento y régimen de los CIE.

La Campaña por el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros, CIEs No, se compone de: Africanos en Valencia (AVSA), Antifeixistes País Valencià, Asociación Entreiguales, Asociación Martín Fierro, A.V. Natzaret, CEAR PV, CEDSALA, Colectivo Desalambrando, Colectivo Roma (FERYP), Psicólogos Sin Fronteras, Grup d’Acció Comunitària (GAC), AEDIDH, Col·lectiu Sense Papers, Comunidades Cristianas Populares, Foro Alternativo de la Inmigración, HOAC, Jarit, Médicos del Mundo, Mesa d’Entitats de Solidaritat amb els Immigrants, Valencia Acoge, Semàfor Roig, Sodepau, SOS Racisme, Intersindical valenciana y Colectivo Sur-Cacarica.

Uno de los portavoces de la campaña, Xavi Torregrosa, explica que la situación de pandemia actual ha obligado a dos centros de internamiento españoles a cerrar, tanto el de Algeciras como el de València se encuentran vacíos a la espera de una nueva orden que reabra sus puertas y la problemática en torno a la violacion de los derechos de las personas que ingresan en ellos. 

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Xavi Torregrosa: “Este CIE está vacío, cerró en abril porque el ministerio de Interior cerró fronteras y no se podían hacer deportaciones”.

Adrián Vives, portavoz de la campaña “CIE No” ante el Centro de Internamiento de Zapadores. Paula Mateu

 “Volem el tancament d’aquest CIE i de tots els que hi ha per tot l’Estat espanyol” declara Torregrosa para uValencia. Su objetivo, el objetivo de la campaña CIE's NO, se repite en las consignas que gritan los presentes en la manifestación, en los discursos de los portavoces y en las demandas que desde la campaña han hecho al Gobierno y que han resultado obviadas. 

“Esto es competencia del gobierno nacional, algunos partidos de izquierda han hecho peticiones (en el Parlamento) pero pedimos que esto se transforme en política real”, expresa otro de los integrantes de la campaña en contra de los CIE, Paco Simón para uValencia. Desde la campaña no sólo demandan el cierre inmediato de los centros de internamiento sino también el fin de las deportaciones, ambas competencias contempladas en la Ley de Extranjería.

Desde la campaña manifiestan su voluntad de derogar esta Ley que han calificado de “racista” y como una herramienta más del “racismo institucional” que se vive en España, así lo ha reivindicado Adrián Vives, miembro y portavoz de la campaña CIEs NO. Durante la manifestación Vives explica delante de las personas que mantienen el gesto impotente tras la mascarilla, uno de los casos que el grupo ha denunciado al Defensor del Pueblo.

La historia de siete chicos -cinco de ellos menores- que habían ingresado en el centro a pesar de constar en el apartado 4 del artículo 62 de la Ley de Extranjería que “no podrá acordarse el ingreso de menores en los centros de internamiento”. Además el discurso de Vives denuncia la privación de libertades y de alternativa habitacional que sufrieron los jóvenes, ya que aunque los cinco menores fueron conducidos a centros del Sistema de Protección de Menores de la Comunidad Valencia, uno de los dos restantes se quedó en la calle sin permiso de residencia y con la mayoría de edad recién cumplida.

De los 12 casos recopilados por la campaña y denunciados al Defensor del Pueblo la respuesta que han obtenido por parte de este fue que “se ha dado traslado de esta problemática a la Fiscalía General del Estado porque se incumple una instrucción que regula la tramitación de permisos de residencia para menores no tutelados”, así lo relata Adrián Vives en su discurso.

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 Paco Simón explica en la entrevista para uValencia la falta de respuesta institucional. Paula Mateu

Historia de Modou Karafaye

"El alfabeto de mi lengua empieza por comunitario, mi salvación está hecha de amor y soy soldado de una patria infinita". Este fue uno de los versos finales escritos por Modou Karafaye, un joven que con dieciséis años partió de Senegal totalmente solo y con la esperanza de recibir un tratamiento digno para el cáncer que padecía.

Karafaye inició su camino como escritor desde el hospital, donde sufrió la amputación de su pierna derecha y duras sesiones de quimioterapia. Vivió una maduración acelerada que se tradujo en su literatura. Enrique Falcón, escritor valenciano que coincidió con él, relató su historia a uValencia, así como declaró que le parecía “un grandísimo poeta para su edad”.

Karafaye falleció a causa de su enfermedad a los dieciocho años y fue Falcón, miembro de la Unión de Escritores del País Valenciano, quien se encargó de la publicación de los poemas del joven como obra póstuma. “Me dieron noticia de su muerte y me había dejado legado en un sobre toda su obra”, confesó el literato.

"Me preguntaban qué pensaba de la poesía actual en Valencia y yo respondía que uno de los mejores poetas de aquí, no escribía ni en valenciano ni en castellano”, añadió Falcón. Para él, la cultura se ha vuelto mestiza y es una buena noticia. “Aquí hay gente escribiendo que ha nacido en distintas partes del mundo; y por no tener papeles los consideramos delincuentes, cuando pueden ser los mejores poetas de su país”, concluyó el mismo.

“Que ya no se pertenezca a un solo país, a una sola raza, a un solo continente, a una sola felicidad; sino a todos los países, todas las razas, todos los continentes, todas las felicidades”, grita de forma inmortal uno de los poemas de Karafaye, quien consiguió no solo dar voz a todas las personas obligadas a vivir la dureza de una migración, sino además, dejar una obra de gran valor para la literatura universal.

Historia de Marouane Abouobaida

A raíz de esta controversia acerca de las condiciones de los CIE, encontramos el caso de Marouane Abouobaida, joven marroquí de 23 años que se quitó la vida dentro de una celda del centro Zapadores el 15 de julio de 2019.

Un día antes del trágico suceso, Marouane redactó una diligencia de información al director del centro, donde denunciaba una agresión física grave por parte de algunos de sus compañeros del centro.

Tras la pelea, el joven marroquí fue encerrado en una celda de aislamiento con el fin, según autoridades del CIE, de protegerlo. Horas más tarde, se encontró el cuerpo sin vida del joven, pese a que su celda estaba video-vigilada.

La familia de Marouane denunció que el chico no recibió la ayuda necesaria en dicho momento y que su muerte es causa de las malas condiciones de Zapadores. Una semana antes, Marouane escribió a su familia solicitando que lo ayudaran a salir del centro explicando que no podía seguir allí dentro “mucho más tiempo”.

El Defensor del Pueblo recogió en un informe hecho en 2018 un listado de atenciones y servicios que no se cumplen “de forma adecuada” en Zapadores. En dicho informe se pone en tela de juicio numerosos elementos como la atención psicológica, presencia de cuerpos médicos 24 horas, intimidad en las duchas, material de ocio suficiente y acceso nocturno a los aseos, entre otros. A día de hoy, ninguno de estos defectos ha sido corregido.

“No hay ninguna evidencia que hiciese suponer que los detonantes del presunto suicidio fueran las condiciones del CIE de Zapadores”, ha sido la única respuesta por parte del centro que han recibido la familia de Marouane y la Campaña CIEs NO.

Psicólogos sin Fronteras elaboró, con ayuda de la organización CIEs NO, un informe para intentar esclarecer el caso de Marouane. Su conclusión denuncia que las condiciones físicas y morales del centro fueron decisivas para que el joven decidiera suicidarse.

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 Manifestantes en la calle de Zapadores. Paula Mateu

El cinismo institucional

“Una víctima más del racismo institucional”.

Bajo el lema “ningún ser humano es ilegal” la campaña CIEs No se apoderó de la calle, de la puerta azul y de las conciencias de los asistentes. Cerrar los centros de internamiento “ya de ya” era la súplica de los manifestantes: reducidos e integrados en la causa.

La frialdad policial se encaraba a la causa esencial de la protesta poniendo de manifiesto cómo una cuestión, que debería estar enmarcada en los derechos fundamentales de todo ser humano, resulta ajena y desconocida para una gran masa social.

“Somos islas, nos utilizan como muro; y el mar, como frontera.”

Resulta incrédulo, a ojos de cualquier persona mínimamente empática o altruista, que el Gobierno sea capaz de ejercer un método de actuación con tal opacidad e impunidad; violando la constitución.

Suena irónico que el debate entre la aplicación de multa o expulsión en personas con una situación irregular se base en la ausencia de antecedentes, la posesión de domicilio y de documentación como única salvación frente a la deportación inmediata.

Subtema: Sociedad
Territorio: España