Un año de la “Ley Rider”: con más paro y la misma precariedad

VALENCIA. Para los riders que se reúnen en la Avenida de Blasco Ibáñez, cerca de la plaza de Emilio Attard, poco ha mejorado su condición desde que se aprobó la ley de Yolanda Díaz. De hecho, comentan a este diario que ahora faltan tres compañeros de los que se solían reunir por las noches cuando acababan su “jornada laboral”.

Grupo de repartidores reunidos en la Avenida de Blasco Ibañez. Foto: uValencia

Con estas declaraciones ya ha pasado un año desde que el proyecto de la ministra de trabajo saliera a la luz. La comúnmente conocida como Ley Rider tiene como objetivo eliminar la precarización del sector, obligando a las principales empresas de reparto online como Deliveroo, Uber Eats o Just Eat a dar de alta a sus repartidores, convirtiéndolos en asalariados.

La Asociación Profesional de Riders Autónomos (APRA) muestra que al menos 10.000 repartidores perdieron su trabajo durante los cinco meses de funcionamiento.

El problema viene que, ante el aumento de costos, las empresas han despedido o subcontratado a muchos de sus trabajadores, empeorando así la mala situación en la que ya se encontraba el colectivo: “Desde hace un año tenemos más volumen de trabajo porque han echado a muchos compañeros. No sé en qué hemos mejorado”, decía un rider de la zona de Facultats.

Ante esta situación, no solo los trabajadores se han manifestado en contra, sino que sindicatos y expertos laboristas tampoco están de acuerdo con las medidas que se han adoptado porque afirman que ha sido una decisión unilateral, sin tener en cuenta su opinión. Miguel es rider desde hace 2 años en Valencia: “Un pequeño grupo de personas no puede decidir el futuro de miles”, sentencia.

Manifestación de repartidores en Valencia. Fuente: Europa Press

LA LEY RIDER EN VALENCIA

En Valencia, según un informe de movilidad elaborado por la Universitat de València (UV), la ley ha hecho que Uber Eats se desplomara de 369 a 80 trabajadores, Deliveroo perdió casi la mitad y Glovo pasó de 847 a 639. Actualmente, Deliveroo se ha marchado de España por la aplicación de esta ley, dejando sin trabajo a los 97 repartidores que había en la capital valenciana.

Otro problema que señala el estudio es que la mayoría de los repartidores son estudiantes y estos comentan que con esta ley se reduce mucho la flexibilidad laboral, lo que dificulta compaginar trabajo con estudios: “Antes yo podía organizarme y escoger las horas que quería trabajar. Ahora tendría que hacer un contrato por determinadas horas, así que trabajo en negro”.

Repartidora con una mochila sin ningún tipo de logotipo corporativo. Foto: uValencia 

La realidad es que los que siguen trabajando son mayoritariamente autónomos y el resto a través de subcontratas que se pueden identificar fácilmente por no llevar ningún logotipo corporativo en su mochila de transporte. Por estas prácticas, el Ministerio ya ha impuesto multas millonarias como una hacia Glovo de 79 millones por no regularizar a sus trabajadores. Antonio Ruiz, asesor sindical en CNT Valencia, afirma que las sanciones salen más económicas que adaptarse al modelo establecido.

Tal es el poder de estas empresas que en Valencia algunos exrepartidores fundaron su propia empresa de reparto que se llamaba Rodant Bicimissatgeria. Dicha empresa pretendía garantizar unas mejores condiciones laborales a los trabajadores, pero en menos de un año cerró sus puertas: “Las presiones fueron demasiado fuertes”, atestigua el CMS de la cuenta de Instagram a Uvalencia.

Desde este periódico nos hemos puesto en contacto con el Ayuntamiento de Valencia para comprobar si habían tomado cartas en el asunto, ya fuera con algún tipo de ordenanza municipal o similar. Borja Sanjuán, concejal de Hacienda, declara que a nivel competencial no hay ninguna inspección laboral ni medida asignada.

LOS RESTAURANTES LOCALES: LOS OTROS AFECTADOS

Solo en la base de datos del portal TripAdvisor aparecen más de 300 locales que sirven a domicilio en València y la mayoría utilizan empresas de reparto online por mayor comodidad. 

Ahora, estos nuevos modelos de contratación que han nacido de la Ley Rider no solo han afectado a la realidad laboral de los repartidores, sino que han impactado en los pequeños restaurantes que han visto cómo la reducción en el número de riders ha dinamitado el reparto de sus pedidos en horas punta.

Bicicleta de un repartidor con la mochila corporativa de Glovo en un restaurante local. Foto: uValencia 

A diferencia del panorama actual, el anterior sistema permitía adaptarse a estas situaciones debido a la flexibilidad en la asignación de los repartos, pero con menos riders en la calle esta demanda no se puede cubrir en situaciones críticas. “Las multinacionales abarcan todos los repartidores y nosotros no tenemos a nadie cuando nos piden comida”, afirma el dueño de un restaurante a domicilio en la zona de Aragón.

Además, el ministerio de Trabajo ha anunciado que los restaurantes que trabajen con compañías que no se adhieran a la norma como Glovo o Uber Eats también saldrán perjudicadas: “Yo llevo trabajando unos años con Glovo y no soy responsable de si la app está o no en regla”, afirmaba la propietaria de una panadería de Blasco.

Así pues, la nueva normativa española fue puesta como ejemplo para el resto de Europa por Yolanda Díaz y, de hecho, ahora la Comisión Europea se plantea una legislación similar para el resto del continente. Sin embargo, después de un año de funcionamiento en España, han generado el efecto totalmente contrario buscado en el sector.