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Protectoras animales - Valencia

Protectoras de animales: una labor esencial en tiempos de pandemia

La crisis sanitaria ha obligado a las protectoras y refugios de animales a cambiar sus rutinas para adaptarse a la nueva normalidad
Protectoras de animales: una labor esencial en tiempos de pandemia
Imagen: Dos cachorros en adopción en Tiendanimal. Foto: María Valero

2/12/2020 VALÈNCIA - El abandono de animales de compañía es un problema en la sociedad española desde hace muchas décadas. Según el estudio que realiza la Fundación Affinity con datos actualizados cada año, más de cien mil perros y gatos son abandonados en España anualmente. Al igual que ha ocurrido en muchos otros campos, la pandemia y el confinamiento han eclipsado esta cuestión durante meses, sin embargo, el problema, lejos de desaparecer, ha cobrado importancia.

Tal y como se afirma en un estudio realizado por la Junta de Andalucía, la primera Sociedad Protectora de Animales y Plantas en España se fundó en el año 1872, en la ciudad de Cádiz. A pesar de que existen desde hace casi 150 años, la labor de las asociaciones protectoras, en su mayoría sin ánimo de lucro, dedicadas a la defensa de animales abandonados sigue siendo poco conocida e infravalorada por una parte de la población. 

Antes de la creación de esta protectora a finales del siglo XIX, los únicos organismos dedicados a la recogida de animales en la calle eran las perreras. A día de hoy todavía existen, sin embargo, su trabajo es muy diferente al que realizan las protectoras. Candela Molina, de la asociación FELCAN, Asociación Protectora Felina y Canina, explicó a uValencia que los ayuntamientos de cada localidad tienen la obligación de contratar un servicio que se dedique a recoger a animales abandonados, y que estos pueden ser una protectora o una perrera. La diferencia entre ambos radica en que en la perrera, los animales son sacrificados si al cabo de veintiún días nadie los reclama, mientras que las protectoras se encargan de alimentarlos, curarlos si están enfermos y darles un techo el tiempo que haga falta.

Este es uno de los dilemas con los que hoy en día las protectoras tienen que lidiar, ya que muchos ayuntamientos, con el fin de reducir costes, deciden contratar perreras en vez de apostar por instituciones que sí que velen por el cuidado y la protección de los perros y gatos abandonados. Y aun cuando los ayuntamientos apuestan por protectoras, muchas veces surgen tensiones entre ambas y es difícil encontrar el equilibrio entre los intereses económicos de las autoridades locales y las mejores condiciones de vida para los animales. Un ejemplo de esto  se ha visto recientemente cuando la asociación protectora Modepran ha compartido en redes sociales que, a pesar de sus numerosos intentos de llegar a un acuerdo y con el único interés de ofrecer la mejor calidad de vida a los animales, el Ayuntamiento de Paterna y la empresa que gestiona la construcción del nuevo refugio en la localidad valenciana han prescindido de sus servicios.

Como ya se ha mencionado, las asociaciones protectoras se dedican a recoger animales abandonados, o también aquellos de cuyos dueños no pueden encargarse más, y hacerse cargo de ellos hasta que vuelvan a ser adoptados, con todos los gastos que ello conlleva. Además, muchas de las protectoras no tienen un refugio, por lo que los animales tienen que quedarse en casas de acogida de manera temporal hasta que una familia se interese en adoptarlos de forma permanente.

La financiación que necesitan estas asociaciones es elevada, y muchas veces las subvenciones que reciben no son suficientes para cubrir todos sus gastos. Es por esto que organizan a menudo campañas y eventos para darse a conocer, concienciar a la población de la necesidad de las protectoras y también como fuente de ingresos. La Sociedad Protectora de Animales de Burjasot (SPAB), por ejemplo, organiza casi mensualmente mercadillos y rastrillos, además de tener un servicio de apadrinamiento de animales, tal y como explicó a este medio Paula García, una de sus voluntarias. 

Todos los eventos programados para este último año han tenido que ser cancelados debido a la pandemia, y, por consiguiente, una de sus principales vías de financiación ha sido eliminada. Este problema económico se suma a una larga lista de dificultades a las que las protectoras han tenido que hacer frente durante este 2020.

Mercadillo realizado por la SPAB en 2019. Foto: SPAB

De primera mano

Los meses de confinamiento que trajo consigo la COVID-19 golpearon al sector del cuidado y acogida de animales, entre tantos otros. Han sido varias las dificultades que han encontrado los voluntarios y trabajadores de las protectoras de animales a la hora de realizar su labor durante unos meses en los que el mundo estaba paralizado como consecuencia de la  emergencia sanitaria. 

Durante estos nueve meses de pandemia las asociaciones se han visto obligadas a adaptarse a nuevas rutinas. La reducción de aforos y la necesidad de mantener la distancia social han afectado a las rutinas de cuidado de los animales, además de los voluntariados. “Teníamos que salir con un  justificante en el que constara que era una actividad esencial, pero aun así tuvimos problemas como  para poder ir a alimentar colonias felinas”, ha declarado Paula García a uValencia.

El número de voluntarios se redujo debido a las restricciones de movilidad, así como las limitaciones en las reuniones sociales a un máximo de diez personas. “Tuvimos que reducir los turnos por precauciones propias que tomamos poniendo el protocolo de máximo dos personas por turno. Todo esto dificultó el ritmo habitual que tenemos en la protectora”, ha asegurado la voluntaria de SPAB.

El interés por los voluntariados aumentó entre marzo y junio, como afirman los voluntarios de las distintas asociaciones locales a uValencia: “Recibimos muchísimas llamadas interesándose en ser casas de acogida o ayudarnos con tareas diversas, dejando de interesarse una vez pasado el confinamiento”.

La soledad a la que muchas familias se enfrentaban y la búsqueda de distracciones derivó una subida en el interés por los animales. “Recibimos muchas llamadas a la asociación interesándose por los perros y gatos. El interés por los animales ha subido tanto durante como después del confinamiento, no solo de forma desinteresada, sino para poder tener compañía sobretodo con gente que vive sola”, añadió Paula García.

Sin embargo, las adopciones y acogidas fueron paralizadas durante el confinamiento con la intención de evitar que estas se dieran de forma impulsiva o con la excusa de poder salir a la calle a pasear a su mascota, una de las pocas excepciones que permitían a los ciudadanos salir a la calle durante el confinamiento. Se realizaron varias entrevistas y seguimientos a la hora de tramitar las adopciones que se formalizaron una vez acabó el confinamiento. 

Perros en el refugio de animales de Modepran. Foto: Modepran

En cambio, asociaciones como Modepran sí tramitaron diversas adopciones durante los cuatro meses de confinamiento domiciliario, aunque debido a la situación en la que no se permitía salir de casa los trámites de adopciones se modificaron. El papeleo se hacía desde la oficina y los animales se llevaban al domicilio de la nueva familia de cada animal, tal como contó María Fernández, trabajadora de la asociación protectora Modepran en el refugio de Carlet.  

Asociaciones como Modepran o SPAB han coincidido en el aumento de adopciones durante los meses más duros de la pandemia. “A raíz del confinamiento no está tan saturado el refugio y muchos contactan a través de redes para informarse sobre acogidas”, comentó María Fernández. Sin embargo FELCAN incidió en la bajada del número de adopciones de la protectora. 

El abandono de animales también sufrió un aumento durante los primeros meses de pandemia, cuando saltaron rumores sobre la transmisión del coronavirus por parte de los animales. Candela Molina (FELCAN) y Paula García (SPAB) contaron a uValencia que se percibió principalmente el aumento de abandono en canes y camadas de felinos, ya que dos de cada cinco gatos de las colonias fueron abandonados en el mes de julio. Como consecuencia del abandono de animales durante los primeros meses de pandemia, FELCAN creó una campaña con la que reivindicaban que “lo único que pueden contagiar los animales es amor”

 Vídeo realizado por la Fundación Affinity contra el abandono animal en 2020.

Hablando en cifras, datos y estadísticas

Con tal de conocer, de forma actualizada y real, la tendencia genérica del público hacia la adopción de animales y su opinión acerca de la labor social de estas protectoras, el equipo de trabajo de uValencia ha realizado una encuesta en la que han participado un total de 256 personas de todas las edades, de las cuales el 57'3% tiene mascota.

En primer lugar, el estudio realizado a más de 250 personas revela que de aquellas personas con mascotas, el 75'52% han adoptado a sus mascotas en lugar de comprarlas. Sin embargo, un aspecto llamativo es que más de un 50% afirma no conocer ninguna protectora

Gráfico realizado por el equipo de uValencia.es

 

Esto quiere decir que gran parte del público acoge animales de la calle, de familiares, amigos o conocidos, cosa que está impulsada por la poca información que se da sobre las protectoras de animales. Asimismo, la encuesta muestra que más de la mayoría de personas no están lo suficientemente informadas sobre este tipo de organizaciones

Además, estos datos también evidencian que las personas creen que los refugios y las protectoras deberían recibir más ayudas y subvenciones por parte de las instituciones y administraciones públicas. De hecho, 220 personas han afirmado esta información; a excepción de un 6% que muestra no estar de acuerdo.

Esto explica que este tipo de asociaciones y protectoras de animales son generalmente desconocidas y se encuentran en condiciones desiguales en comparación con las tiendas o las perreras que sí obtienen beneficios económicos. Esto da lugar a que cada vez haya menos presencia de refugios que cuiden y primen el bienestar de animales abandonados sin hogar.

Por otra parte, estos datos también dejan ver, como se explicará en el apartado explicado a continuación, que la compañía de una mascota es beneficiosa para la salud mental. En este línea, y poniéndose en una situación reciente; un confinamiento, el estudio resalta que el 97,5% de participantes considera que es cierto el efecto positivo que estas mascotas ofrecen a sus dueños. Casi la mitad de los encuestados se ha planteado adoptar a un animal durante el confinamiento.

Así pues, los datos obtenidos han permitido un acercamiento también a las protectoras más conocidas por el público dentro de Valencia, entre las que se encuentran muchas ya mencionadas como Modepran o Svpap, y se han descubierto otras también destacables como Ribercan o SOS Sagunto.

Clínica Veterinaria de la Sociedad Valenciana Protectora de Animales y Plantas. Foto: Jose Gracia

Más que compañía

Disponer de un animal de compañía supone un impacto provechoso en la salud y en el bienestar de las personas, pues resulta favorable en el mantenimiento de nuestra vitalidad física y emocional.

Según diversas investigaciones dedicadas a este campo por parte de la Universidad Estatal de Ohio, tener mascotas contribuye, en primer lugar, al fortalecimiento del sistema inmunológico, por lo que protege en mayor medida a las personas ante enfermedades.

Acorde al estudio, la convivencia de bebés con animales, por ejemplo, de granja, ayuda a reforzar las defensas ante infecciones bacterianas, pues la exposición desde temprana edad a la infinidad de bacterias presentes en ese tipo de entornos, posibilita el fortalecimiento del sistema inmune y previene complicaciones de salud mayores. La posesión de una microbiota más saludable beneficia a que el sistema respiratorio se desarrolle de manera más óptima.

En dichos análisis, publicados en la revista estadounidense Frontiers in Inmunology, se recogieron muestras de las heces de diez infantes de entre 6 meses a 1 año de edad. Cinco de ellos residían en entornos rurales con animales de granja, y los otros cinco en ambientes metropolitanos, por lo que en ninguna ocasión habían tenido relación con esta clase de especies. 

Los resultados obtenidos por los ensayos clínicos evidenciaron enormes diferencias en las bacterias presentes en el tracto intestinal de los dos grupos de bebés. Aquellos que vivían en entornos rurales, disponían de gran cantidad de bacterias beneficiosas para su salud, a diferencia de los situados en entornos de ciudad, los cuales no disponían de tantas y por esta razón eran más propensos a sufrir trastornos.

Seguidamente, otros estudios procedentes de esta misma revista, pero ahora dedicados a la ciencia veterinaria (Frontiers in Veterinary Science), concluyeron a la vez que la convivencia con las mascotas por excelencia (gatos y perros), en los primeros años de vida de los bebés, resultaba beneficiosa ante infecciones de oído y respiratorias, pues al establecer contacto con las mascotas -las cuales pasan gran parte del tiempo en el exterior- su sistema inmune se desarrollaría de manera más eficaz que en los demás niños.

En consecuencia, interactuar con animales permite a los niños y en general a personas de cualquier rango de edad ser más fuertes, y a la vez evita padecer molestias físicas en una probabilidad más reducida en el transcurso de su vida.

Por otro lado, en cuanto a la estabilidad emocional de las personas, los animales también juegan un papel muy importante. Contar con una mascota en el hogar hace que las personas se sientan mejor consigo mismas y más protegidas frente a externalidades negativas. Al mismo tiempo, puede impedir estados de ánimo desfavorables como la depresión o la soledad, pues el contacto directo con los animales de compañía induce al acercamiento físico y a la comunicación hacia los mismos. 

Asimismo, influyen en la reducción de estrés y ansiedad por medio de actividades como los paseos regulares y el ejercicio con las mascotas, según un estudio realizado por el equipo de la psiquiatra Sandra Baker en la Universidad Commonwealth de Virginia (EEUU), por lo que este tipo de compañías resulta útil en la mejora del estado anímico de los seres humanos.

Todos estos beneficios pueden observarse también en diversas producciones cinematográficas, como es el caso de Diecisiete (2019), una película dramática de origen español, que cuenta la historia de Héctor, un joven de 17 años con dificultades de integración social y de comunicación.

El joven protagonista decide participar en una terapia con perros y termina estableciendo un vínculo emocional con uno de ellos, dando a entender la importancia de las mascotas en el proceso de desarrollo de las habilidades sociales en edades complicadas como es el caso de la etapa adolescente.

Imagen: Héctor, protagonista de la producción junto a su perro, Oveja. Foto: Netflix

La pandemia vivida en estos últimos meses también ha incrementado el número de adopciones de animales de compañía por parte de numerosas familias con el fin de entretener a los niños, a las personas mayores y para llenar vacíos que la situación de confinamiento creó. Esto lo demuestran datos publicados por la RSCE (Real Sociedad Canina de España), donde se muestra el incremento de un 50% de la demanda ciudadana de perros en España, que equivale a alrededor de 5000 mascotas adoptadas para su beneficio directo. 

Por último, esta asociación canina, a la vez, promulgó el pasado mes de mayo una campaña denominada ‘Tu mejor amigo en la salud y en la enfermedad’ , con el fin de concienciar sobre la importancia de no fomentar los abandonos que también se dieron tras la finalización del estado de alarma, y que denunció la crueldad de las personas por motivo de la instrumentalización de los animales como medio para salir a pasear y no realmente por el interés hacia el cuidado de las mascotas.

Campaña de la RSCE para concienciar sobre el abandono animal. Foto: RSCE

Las protectoras y refugios de animales cumplen una gran función social en cuanto al bienestar de animales que se ven en situaciones de desprotección y abandono. Así es visto por la gran mayoría de las personas, que también creen que estas están infravaloradas en los presupuestos de las administraciones locales.

Durante los peores meses de pandemia, las protectoras han debido resolver dificultades y adaptarse a una realidad complicada, que ha puesto en jaque a sus funciones y animales que protegen. Además, cabe destacar los grandes efectos positivos de la compañía de animales domésticos en las familias así como en personas que viven solas.

Subtema: Sociedad
Territorio: Valencia
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