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ROPA DE SEGUNDA MANO

El pasado y el presente de las tiendas de ropa de segunda mano

Tras un inicio marcado por los prejuicios sobre este tipo de productos, la ropa de segunda mano se abre un hueco en el sector textil y en la sociedad
El pasado y el presente de las tiendas de ropa de segunda mano
Imagen: Flamingos Vintage Kilo, tienda de segunda mano en la calle Cádiz, València. ALBA IBÁÑEZ

VALÈNCIA. De acuerdo con un estudio realizado por la plataforma ThredUp, una de las empresas más importantes en el ámbito de la venta de ropa de segunda mano, el mercado de la moda reutilizable ha tenido un importante crecimiento en los últimos años. Con la pandemia de Covid-19, el crecimiento de este sector se ha visto acelerado.

Sin embargo, este mercado no siempre ha estado en boga a nivel mundial, pero sí en países concretos. La sociedad estadounidense, por ejemplo, tiene muy arraigado el comprar ropa de segunda mano, es por ello que cuentan con una gran cantidad de grandes almacenes, como Goodwill, distribuidos por todo el país que se dedican a la venta de este tipo de productos.

A nivel europeo destaca Reino Unido. La cultura de reusar está tan arraigada en el país que incluyen los mercadillos en las rutas turísticas. Londres, en concreto, ofrece rutas de mercadillos donde comprar ropa de segunda mano; destacan Candem Market, Portobello Road Market y Whitechapel.

En España la situación es bastante diferente. Mientras que en países como Estados Unidos o Inglaterra las primeras tiendas de ropa usada empezaron a llegar a principios de los años ochenta, a España llegaron a finales de los noventa. No se sabe con certeza cuál es la razón de la tardía llegada, pero sí es cierto que el auge actual viene impulsado por la mala situación económica y la creciente conciencia medioambiental de la población.

“Consumidores de todo el mundo están priorizando sus valores y acelerando el cambio hacia el ahorro. Cuando los tiempos se vuelven inciertos, la gente toma más consciencia de la situación financiera familiar”, indica el estudio de ThredUp.

El mercado de segunda mano en España

Concretamente en España, aunque el nacimiento de tiendas de segunda mano surgió hace más de tres décadas, no fue hasta la crisis de 2008 que este mercado prosperó.

En 2008, ante la situación de crisis, las familias disponían de menos liquidez en los hogares y menor poder adquisitivo. Los productos de segunda mano eran una opción entre los consumidores. La ropa de segunda mano permite comprar indumentaria o productos de calidad por un precio muy inferior al mismo producto de primera mano. Es usual que en situaciones de crisis estos sectores se desarrollen.

Según el análisis de Crédito y Caución de 2018, entre 2008 y 2011 el sector incrementó en un 60% su facturación media. Así también, casi el 60% de estos comercios se fundaron después de 2008.

Este mercado, como otros, tuvo un comportamiento característico de los sectores anticíclicos, incrementó su facturación y crecieron sus márgenes comerciales.

A partir de 2011, cuando España se recuperaba poco a poco de la crisis financiera, se produjo un declive importante en este tipo de mercado. En 2013, la facturación media era de 1.16 millones de euros, 210.000 euros menos que en 2012. Los resultados pasaron de ser positivos en 2012 (29.4) a ser negativos en 2013 (-9.7).

El informe expone cómo las causas de este declive son la saturación del mercado, la recuperación económica, que alejó a consumidores, y el auge de plataformas online de compraventa de productos de segunda mano.

Este análisis ofrecía también datos sobre las comunidades autónomas en las que este mercado tiene más presencia. En primer lugar, se encuentra Cataluña, en segundo lugar la Comunidad de Madrid. Les siguen Andalucía y en cuarto lugar la Comunidad Valenciana.

Los últimos años han sido positivos para este mercado. La preocupación por el medio ambiente entre los jóvenes unida a la moda de lo “vintage” (objetos o accesorios con cierta edad) ha potenciado el consumo entre los denominados ‘millenials’.

Como indica El País en su artículo el 23 de mayo de 2018, estas dos tendencias han propiciado la apertura de la tienda Vintalogy en el centro de Madrid, presentada como la más grande de Europa (1000 metros cuadrados). Los clientes defienden que se trata de un consumo generoso con el medio ambiente, diferente a lo habitual y critican las imposiciones de las grandes empresas de renovar el armario cada temporada con prendas que duran poco tiempo por su calidad.

La opinión de la gente

El perfil de los compradores de las tiendas de segunda mano no es exacto: el mercado cada vez es más amplio y su compra está casi completamente normalizada en toda la población. Sin embargo, algunas estadísticas sostienen que suelen ser más mujeres que hombres las que venden y compran productos de segunda mano. 

En una encuesta realizada por el periódico uValencia a 50 jóvenes de edades comprendidas entre 18 y 22 años se ha mostrado que entre las nuevas generaciones hay cierto tipo de interés en este mercado.

El 85,1% de los jóvenes encuestados han afirmado que alguna vez se han planteado comprar ropa de segunda mano. Sin embargo, tan solo el 34% ha comprado alguna vez en estas tiendas y únicamente 5 jóvenes han admitido comprar de forma regular. 

Respecto a su experiencia y valoración, los jóvenes encuestados han tenido mayoritariamente una experiencia normal, como si hubieran comprado en las tiendas de ropa habituales. 

En cuanto a los posibles nuevos usuarios, la mayoría de los entrevistados no ha mostrado tener ningún prejuicio hacia su compra. Aunque el 17% ha señalado que no se sentiría cómodo comprando este tipo de productos, ya que preferiría gastar su dinero en  ropa completamente nueva. 

Además, una gran mayoría (71,1%) ha explicado que ante los problemas económicos actuales debido a la crisis de la Covid-19, ve una buena opción la compra de este tipo de productos. Y, por eso, les gustaría que hubiesen más tiendas de segunda mano en España. 

Por último, el 86% de los participantes creen que estas tiendas son generosas con el medio ambiente.

Los comercios de ropa de segunda mano en València

Vanessa Vilaplana, propietaria de la tienda Flamingos Vintage Kilo, cuenta a este periódico que decidieron abrir la tienda porque les encanta el vintage, además de que les pareció curioso el hecho de vender la ropa al peso.

Por su parte, Lidia Marcos, de la tienda HUMANA, comenta que inauguraron dos tiendas en Valencia en mayo del año pasado; además de contar con diversas tiendas en Madrid, Barcelona, Tarragona, Sevilla y Granada. Su principal objetivo era promover y dar a conocer la moda sostenible.

Ambas tiendas afirman que empezar fue difícil, pero coinciden en que la gente fue conociendo más la tienda y han conseguido aumentar su clientela. “Nuestros nuevos clientes repetían casi diariamente ya que nosotros todos los días sacamos ropa nueva y con precios muy asequibles. Poco a poco nos hicimos a conocer”, dice Lidia Marcos.

En la tienda HUMANA, todas las prendas provienen de particulares, las cuales se llevan a una clasificadora en Madrid donde se valora su estado. Así se decide si se pueden reciclar o vender y conseguir fondos para proyectos sociales y educativos.

Además, ante el surgimiento de aplicaciones y plataformas como Vinted y como estas habían podido afectar a las tiendas, ambas tiendas coinciden en que, sorprendentemente, su impacto fue positivo. Comentan que, gracias a este tipo de páginas web, las personas se han ido quitando prejuicios y estereotipos sobre la ropa de segunda mano.

El confinamiento, igual que el resto de los negocios, afectó a este tipo de tiendas. No obstante, al reabrir, la situación era mejor de lo que esperaban. En el caso de HUMANA, no se puede plantear la venta online porque “cada producto es único y no existen tallas”.

En efecto, este tipo de negocios están en auge, aunque tienen mucho camino por recorrer en España.

Vanessa Vilaplana (Flamingos Vintage Kilo) recomienda comprar ropa vintage por la exclusividad y la originalidad, ya que “cada prenda tiene una historia”; además de que las prendas suelen ser mucho más económicas. Además, hace hincapié en que la industria textil es una de las más contaminantes del mundo.

Lidia Marcos (HUMANA) recomienda comprar en este tipo de comercios porque se trata de ropa sostenible y se da una segunda oportunidad a las prendas, también destacando que la industria textil es de las más contaminantes. Además, afirma que es asequible para cualquier bolsillo, ya que según su experiencia en la empresa ha visto como gente sin recursos han podido comprarse ropa en su periodo de rebajas por un euro.

“Me gusta porque como hay ropa tan diferente, no es la común de las tiendas y podemos conseguir no ir todo el mundo repetidos como clones”, afirma Lidia Marcos.

Una mirada al pasado

El inicio de la venta de ropa de segunda mano se remonta a los años 50 en Estados Unidos. 

Según publicó Jennifer Le Zotte, conferenciante de historia en la University of Nevada, en su libro “A History of Secondhand Styles and Alternative Economies” todo empezó con la famosa serie de televisión Davy Crockett: King of the Wild Frontier y el gorro de castor que llevaba el protagonista.

Todos los niños estadounidenses querían tener esos gorros para poder parecerse más a su personaje favorito. Tras el crack de 1929 y la Gran Depresión, los ostentosos abrigos de mapache que solían comprar los hombres importantes cayeron en desuso junto al resto de cosas costosas por la fuerte crisis que atravesaba el país. Los grandes almacenes empezaron a desempolvar los abrigos de mapache que tenían en stock para confeccionar réplicas del famoso gorro. Esto le dio una idea completamente distinta a Sue Salzman

Sue decidió comprar todos los abrigos de mapache antiguos que había en tiendas para pobres o del Ejército de Salvación, y los comenzó a vender en su piso de Greenwich Village a través de anuncios en la prensa. A pesar del aspecto desaliñado y viejo de las prendas, Sue los vendía como si fueran auténticas reliquias a tener en cuenta y siempre las adornaba con anécdotas que daban misterio a los abrigos. Como aquella vez que dijo que encontraron una pistola y una lista de bares clandestinos en uno de sus bolsillos. 

Aunque la ropa de segunda mano cobró un nuevo significado con el paso del tiempo: ya no se trataba solo de una forma de encontrar gangas ni de tener pocos recursos o de objetos viejos. La compra de segunda mano se convirtió en un movimiento ideológico contra el capitalismo, una lucha por los derechos de las minorías o los primeros pasos hacia una vida más ecológica. 

Los beats y los hippies la usaban no solo porque era mucho más barata; sino porque era la metáfora perfecta para expresar su desdén a la clase media y el capitalismo y su simpatía por los marginados”, apuntaba Jennifer Le Zotte en una entrevista con S Moda.

La ropa de segunda mano también tuvo un papel muy importante entre el colectivo LGTBIQ+. En los años 50, las personas homosexuales y trans eran perseguidas en Estados Unidos, y sus condiciones de vida eran muy complicadas. Muchos de ellos tenían que recurrir a tiendas de segunda mano para poder permitirse comprar algo de ropa. Incluso, poco a poco, las tiendas se convirtieron en puntos de reunión para muchos de ellos y una forma de conocer a gente que compartía sus mismos problemas. 

“Organizaciones como The League for Civil Education, The Society for Individual Rights o San Francisco Tavern Guild, estaban financiadas por tiendas de segunda mano y jugaron un importante papel en el activismo a favor de los derechos de los homosexuales”, afirmaba Le Zotte en su libro. 

En los años 60 y 70 las tiendas vintage siguieron floreciendo, gracias a que muchos cantantes como los Beatles o Jimi Hendrix sacaban ropa para sus conciertos y discos de dichos establecimientos.

Subtema: Otros temas
Territorio: España