El coronavirus produce un mayor interés en el periodismo y aumenta su digitalización

VALÈNCIA. El congreso estuvo organizado por diferentes entidades como la Cátedra PAGODA, Mediaflows, la Consellería de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, y la Facultat de Filologia, Traducció i Comunicació, en cuyo salón de actos se realizó la asamblea.

Este año el congreso ha contado con numerosas diferencias con respecto a las once ediciones anteriores, todas ellas relacionadas con la covid-19. Y no solo por la distancia de seguridad entre los alumnos y la obligación de llevar mascarilla, sino porque el tema central del congreso no ha sido  debatir cómo influyen los medios digitales en el periodismo; ha estado dedicado a mostrar cómo ha influido la pandemia tanto en las redacciones periodísticas como en el contenido audiovisual.

M.ª Vicenta Mestre, rectora de la UV, fue la encargada de inaugurar el congreso acompañada del organizador del congreso Guillermo López García, quien describió las dos mesas que se presentarían en la asamblea y el objetivo: explicar los cambios producidos el periodismo a causa de la pandemia. Una mesa dedicada a la transparencia y a la veracidad de datos durante la pandemia, y otra dirigida a los contenidos audiovisuales que se proyectaron durante el confinamiento

Tras la presentación de Guillermo López, la rectora le dio la palabra al director de La Cátedra PAGODA, Joaquín Martín Cubas, quien agradeció la presencia de todos los ponentes y estudiantes, y recordó la gran labor de difusión e investigación de su institución. 

Seguidamente la rectora le pasó el turno a Amparo Ricós, decana de la Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. La decana dio un discurso esperanzador en cuanto a la vuelta a la nueva normalidad, e hizo un resumen de cómo vivió la facultad la situación de la covid desde que llegaron las noticias de China en enero: “És el moment d’aturar-nos i fer una reflexió. Malaudarament, el coronavirus encara no ha acabat”.

En penúltimo lugar, fue el turno de la consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo. También realizó una reflexión acerca de quién debe asumir las responsabilidades cuando se generaban informaciones falsas que generaban daños personales: “La información veraz debe ser un derecho de la ciudadanía. El papel de las redes sociales ha tenido mucho que ver en la propagación de las fake news. La clave para generar confianza debe ser la transparencia”.

Por último, la rectora dio un pequeño discurso de felicitación a los organizadores por la presencialidad del congreso teniendo en cuenta las circunstancias. Tampoco faltaron los elogios a la propia UV por la “gran capacidad” en tiempo récord de adaptar la docencia en miles de asignaturas a modalidad no presencial y por dar más voz a los estudiantes y al contenido audiovisual. Además, mostró su entusiasmo porque las notas de los estudiantes a final del curso 2019-2020, fueron ligeramente más altas que en el curso 2018-2019. 

A continuación, se inició la primera mesa con los periodistas Sergi Pitarch, de El Diario CV; Julia Ruiz, de Levante-EMV; Rosana Berenguer, de ABC, y Víctor Romero, de El Confidencial. El moderador fue Antonio Laguna Platero, profesor de la UV. 

La mesa se inició con el moderador que recordó el 13 de marzo de 2020, fecha en la que confinaron a España y lanzó la pregunta de cómo habían sido afectadas las redacciones. Rosana Berenguer fue la primera en contar su experiencia: para ella, el punto de inflexión llegó con el suspenso de las Fallas, que supuso “el fin del mundo”.

Berenguer destacó la gran cobertura informativa en relación al tiempo por parte de los redactores, puesto que todos se dedicaron a escribir sobre la situación del la covid-19. También subrayó la ayuda que brindaba el medidor de visitas y las palabras clave, para así poder proporcionar información de servicio a los lectores valencianos.

Sin embargo, la periodista mostró su disconformidad con la consellería por la dificultad que tenían para acceder a los datos oficiales. “Del gobierno destacaría que se tendrían que haber puesto en el lado del periodista a la hora de dar respuestas y datos”.

Tras Rosana Berenguer se le cedió el turno a Julia Ruiz, periodista de Levante-EMV en la sección de política. Ruiz explicó que el lado positivo de ser redactor y estar confinado era que uno podía “reinventarse” y acudir a campos que normalmente no se usaban, como las redes sociales. No obstante, destacó la importancia de perder el contacto con la calle: “No se puede sustituir el cara a cara”. También afirmó que gracias a la pandemia los periodistas tuvieron la oportunidad de reconciliarse con los lectores y de cumplir de nuevo esa función de compromiso social, y de desmentir bulos. 

En cambio, Julia Ruiz realizó una crítica a la consellería por no ser transparentes con la seguridad de los sanitarios en los hospitales: “El tema de la transparencia ha tenido sus luces y sus sombras”.

Posteriormente habló Víctor Romero, quien resaltó el aumento del consumo de la información en tiempos de confinamiento por parte de los ciudadanos: “Desde el punto de vista laboral supuso un nivel de exigencia muy grande por el nivel alto de la demanda”. El periodista señaló la necesidad de muchas empresas de reforzar los modelos de suscripción, al cerrar contenidos y exigir su pago. Además, Romero juzgó la labor de consellería en cuanto a los datos proporcionados de fallecimientos y aseguró que al ser una situación nueva e impredecible los propios políticos se habían “asustado” a la hora de gestionar el problema. 

Por último, Sergi Pitarch fue el último en realizar su ponencia, para la que hizo servir una encuesta realizada por la Universidad de Navarra en Digital News Report sobre el aumento de la desconfianza en los medios. Con ella, destacó que los periodistas se encuentran en el punto de credibilidad más bajo desde 2015. Además, Pitarch afirmó que la información que salía de los “intestinos” de los ministerios era la más beneficiosa para ellos.

Finalizó la primera mesa y se realizó una ronda de preguntas, en la que el tema estrella fue la difusión de fotos de fallecidos durante la pandemia. Víctor Romero se posicionó a favor de mostrar estas imágenes, con responsabilidad, porque finalmente solo se mostraba números tanto en la televisión como en la prensa. Rosana Berenguer aseguró ser una “ultradefensora” de publicar fotografías de los fallecidos. En cambio, Julia Ruiz se mostró en contra de la publicación de estas imágenes, porque, desde su punto de vista, solo aportan morbo. 

Tras la ronda de preguntas hubo un pequeño descanso en el que entraban en juego las encargadas de limpiar la facultad, que aprovechaban el cambio de integrantes de la mesa para limpiar toda la zona. 

Arranca la segunda mesa, formada por los periodistas Luis Calero, de Viajeros Cuatro; Eva Lamarca, redactora de Salvados y Lo de Évole; Raquel Ejerique, de Àpunt y M.ª Jesús Espinosa de los Monteros, directora de Pódium Podcast. El asunto a tratar eran los contenidos audiovisuales que se proyectaron durante el confinamiento. 

El moderador de esta mesa era Enrique Borderia Ortiz, profesor de la UV. Planteó la pregunta de cómo afectó la covid-19 a los contenidos audiovisuales y M.ª Jesús Espinosa fue la primera en responder. La periodista habló de las ventajas del podcast durante el confinamiento: agilidad y costes más económicos, por la facilidad de tener hoy en día un estudio de radio en casa. 

La segunda periodista en exponer su experiencia fue Eva Lamarca, quien recalcó el cambio de las dinámicas en su programa: “Se pasó a enfocar el programa hacia una reflexión que fuese de fuera hacia dentro”. Tampoco se olvidó de destacar la dificultad de hacer periodismo sin poder salir a la calle y sin el “cara a cara”, y de conseguir que las personas pusieran interés en ver un programa de entrevistas realizadas mediante plataformas como Skype.

En siguiente lugar habló Luis Calero. También contó las vivencias de su programa al llegar el confinamiento a España. Suspendieron el programa y pensaron nuevas fórmulas para seguir adelante, con lo que decidieron realizar un “Viajeros por España”. Según Calero, esto supuso un aumento de la audiencia, ya que al viajar por dentro de España, los propios ciudadanos españoles mostraron más interés y empatía, es decir, se creó una conexión. 

Calero también opinó que al realizar el programa sentía que promocionaba el próximo destino turístico de los españoles. Sin embargo, también explicó que hubo una bajada en la calidad de la imagen por culpa de la reducción del personal y que será difícil recuperar esos estándares de calidad que existían. También aprovechó para mencionar que en plena pandemia, el canal de Telecinco seguía emitiendo el programa Supervivientes. 

Por último Raquel Ejerique fue la encargada de contar cómo vivió la pandemia, pero desde un enfoque mucho más personal. Cuando se decretó el estado de alarma, Ejerique se encontraba en Italia y embarazada de ocho meses, pero pudo regresar a Madrid. Trabajaba en El Diario y decidió pasarse a Àpunt, donde presentó informativos desde su casa sin poder ir a Valencia. La periodista resaltó la importancia de no difundir datos si no se tiene un contexto y la labor de los periodistas que en plena pandemia cogieron la mascarilla y salieron a cubrir noticias a la calle. 

Finalmente se realizó un coloquio en el que los alumnos de periodismo plantearon diferentes cuestiones, algunas de ellas relacionadas con el periodismo de investigación. Eva Lamarca utilizó la oportunidad para insistir en la imposibilidad de hacer este tipo de periodismo si no se está delante del entrevistado.