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Reportaje Bioparc

Bioparc, supervivencia ante un cierre forzado

El Bioparc, uno de los parques de animales más grandes de España, se ha visto obligado a cerrar durante tres meses a causa de la pandemia de la covid-19.
Bioparc, supervivencia ante un cierre forzado
Imagen: Familia observa elefantes en el Bioparc. IMAGEN: Bioparc Valencia.

La pandemia mundial provocada por el coronavirus ha cambiado radicalmente la vida humana en los últimos meses. No solo el coste humano y social, sino también económico. La mayoría de negocios han tenido que parar durante un tiempo y adaptarse a la nueva normalidad, cambiando su forma de funcionar.

En los zoológicos, por ejemplo, la situación fue muy complicada. Concretamente en Valencia, el parque animal por excelencia es el Bioparc, uno de los más importantes de España. El Bioparc, en tiempos de confinamiento, no recibió ninguna visita y por tanto no tuvo ingresos porque se basan exclusivamente en las visitas de público, y no recibía ninguna. Sin embargo, sí que tuvo que seguir alimentando a los animales y pagando a los cuidadores que se encargaban de su bienestar, por lo que la situación económica era delicada.

Con la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo para la gestión de la situación de crisis sanitaria y el paralelo cese decretado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se suspendieron todos los espectáculos públicos, locales de ocio, bares y restaurantes, así como las actividades recreativas y socioculturales. Este hecho no pasó desapercibido para las instalaciones del Bioparc de València, que se vieron obligadas a cerrar sus puertas al público.

Según Pepa Crespodirectora de comunicación del Bioparc, el primer objetivo de la empresa en el momento en el que se declaró el cierre por la Covid-19, fue mantener el bienestar tanto de los trabajadores como de los animales, así como mantener las instalaciones para estar en inmediato funcionamiento el momento en el que el parque volviera a abrir sus puertas.

Imagen: Pepa Crespo, directora de comunicación del Bioparc. IMAGEN: Valencia Plaza.

Para ello, se tuvieron que implantar una serie de medidas de prevención y seguridad. En primer lugar, se crearon una serie de grupos estancos, compuestos por personal veterinario y de mantenimiento, que trabajaban con horarios especiales y sin ningún contacto entre grupos. Así mismo, procuraron la existencia de un retén de personal, que en caso de problema pudieran incorporarse rápidamente. Una vez finalizaba el turno, se hacía una limpieza con monos especiales, de los vestuarios y zonas comunes. “Tenemos a cargo a seres vivos, nosotros teníamos que garantizar que el parque siguiera” recalcó Crespo.

A pesar de estar más de tres meses cerrados a causa de la pandemia, el Bioparc ya contaba con una serie de estrictos protocolos para evitar cualquier tipo de contagio a los animales, aunque se vieron incrementados en gran medida. Entre ellas, la existencia de pediluvios en las entradas de los cobijos de los animales para la limpieza de suelas de zapatos o la puesta de guantes y mascarillas, que antes solo eran usadas en intervenciones veterinarias. “El peligro aquí es que nosotros les traslademos el virus a los animales, no al contrario, porque ellos están en un sitio donde no pueden desarrollarlo” aclaró.

Medidas llevadas a cabo en la reapertura

La reapertura del parque fue el jueves 18 de junio después de tres meses cerrado al público y lo hizo con entradas a precios especiales. Las entradas bajaron a 20 euros la general y 15 euros la infantil para incitar a la gente la visita al parque y como novedad se implantó la necesidad de realizar la reserva anticipada online con la elección del día y la hora.

Según informan fuentes del Bioparc durante el periodo de estado de alarma se ha producido un primaveral babyboom que ha traído al mundo a preciosas crías de diversas especies, algunas en peligro de extinción, destacando la última cría de hipopótamo, la cuál ya está disponible en su hábitat para el disfrute de los visitantes.

Para esta reapertura fueron necesarias la implantación de unas medidas especiales de seguridad para asegurar que el parque cumple con toda la normativa anti Covid-19.  Respecto al control de aforo la normativa exige una reducción de hasta el 60% del aforo, pero según informaron fuentes del parque ellos mismos se autolimitaron al 50% del aforo y controlando el número de personas que entran y salen del recinto.

Otra medida que incluyeron fue la modificación del horario, siendo este de 10:30 a 19:30 con acceso en intervalos de 30 minutos para que la gente entrara escalonadamente evitando colas, siendo la última entrada a las 17:30. También dentro del parque se habilitaron 5 itinerarios de sentido único que recorrían todos los hábitats recreados y evitaba que los visitantes tuviesen que cruzarse unos con otros durante su visita al parque.

Medidas y normas adoptadas por el Bioparc

Imagen: Medidas y normas adoptadas por el Bioparc ante la pandemia. IMAGEN: Bioparc Valencia.

La instalación masiva de señales informativas sobre las nuevas normas y su obligado cumplimiento fue imprescindible para la reapertura. Además de la sustitución de folletos informativos y planos físicos, que se adaptaron al formato digital mediante la utilización de códigos QR.

Por último, en la parte de restaurantes tuvo que cambiar la operativa anterior. En la actualidad el personal es el que asigna la mesa para sentarse, ya que de esta manera el parque se asegura de que los visitantes comen en mesas previamente desinfectadas. También ha sido necesario limitar el aforo en el anfiteatro durante la exhibición educativa para garantizar la distancia interpersonal y se han cerrado sitios como el cine o el parque infantil debido a que son lugares donde no se puede asegurar que la normativa se pueda cumplir.

Animales durante el confinamiento

En el parque del Bioparc se han atendido a las obligaciones para satisfacer el cuidado de sus animales y las instalaciones que lo hacen posible siempre extremando las medidas de prevención y seguridad para los trabajadores

Tal y como confirman fuentes oficiales del zoo, ellos la organización está hecha para que no tengan contacto con las personas y tienen todo lo que necesitan en función de su hábitat. “Los animales pasan de la gente, pero los gorilas sí que experimentaron el cambio debido a que están más pendientes de la gente, son animales curiosos”, afirmó Pepa Crespo en la entrevista.

A lo que sí se acostumbran los animales es a que haya movimiento de personas. La directora de comunicación del parque lo comparó con la situación de las personas en el confinamiento, cuando se asomaban al balcón e intentaban ver quien pasaba por la calle y qué hacía. El comportamiento de los animales era igual, al dejar de ver movimiento de personas, en el momento que veían a un cuidador se quedaban todos los animales perplejos mirándolo.

Los animales que hacen exhibiciones, por su parte, han tenido el mismo bienestar y se ha mantenido su forma de vida porque su personal ha seguido con los entrenamientos.

La calidad de vida de los animales se ha mantenido igual para que experimentaran el cambio en la menor medida posible. El vínculo de confianza que tienen los cuidadores con los animales ha permitido que ninguno se deprima ni cambie de manera radical su comportamiento.

Ámbito económico

En el aspecto económico, la empresa Rain Forest Valencia, gestora de parques animales, como en el caso del Bioparc, ha sufrido, como otras tantas empresas que se dedican al sector servicios, un golpe muy duro del que, según Crespo, “aún no se han podido calcular los costes totales”. Con el inicio del confinamiento, se organizó un ERTE para reducir los puestos de trabajo dejando únicamente a los empleados esenciales para cubrir las necesidades mínimas del parque y de los animales (cuidado y limpieza, desinfección de las aguas, jardinería...); que en casa a todo el personal que atendía a los visitantes.

Aún con las medidas tomadas para reducir los contagios, la responsable de comunicación ha aclarado que los niveles de visitas actuales distan mucho de los de años anteriores, llegando a picos del 35% del aforo. Desde el parque, animan a visitar las instalaciones y ver a los animales en un “proyecto que es patrimonio de los valencianos”, cuyo objetivo principal no es lucrarse.

 

Bioparc recibe una multa por superar el aforo permitido

La Policía Local ha sancionado económicamente al Bioparc por las aglomeraciones que se producían dentro del parque, pese a que los responsables aseguran que no se superó el límite de aforo en ningún momento. El parque, que reabrió en junio de este mismo año tras el confinamiento, asegura que se cumplen las medidas impuestas a causa de la Pandemia. 

A raíz del incremento de visitantes en el puente del 9 de octubre, unos clientes informaron a la policía de las multitudes que se formaban en el interior del parque. Desde el propio Bioparc aseguran que no se rebasó nunca el 35% de su aforo, ya que lo controlan con las entradas y salidas en todo momento. 

Sin embargo, la sanción policial vino por no crear ningún sistema para evitar estas concentraciones en algunos puntos concretos. El zoológico se defiende diciendo que todas las medidas están instauradas y que se recuerda a todos los visitantes su obligado cumplimiento, y la obediencia o no de los clientes es su propia responsabilidad.